miércoles, 20 de febrero de 2008

OLE: Orgullo nacional


El campeón del fútbol argentino cortó la malaria en la Copa, que ya había tenido derrotas de San Lorenzo, Estudiantes y River. Jugó bien y le ganó a un duro conjunto uruguayo, en su debut en el Grupo 2 de la Libertadores. Pelletieri, Acosta y Sand anotaron los goles que desataron la fiesta en el Sur


Ya había pasado el Repechaje con el Olmedo y el sueño copero de Lanús comenzaba a rodar en esta Libertadores 2008. El Sur se vestía de fiesta para alentar al campeón en el arranque del Grupo 2. Danubio, de Uruguay, pretendía ser el huésped rebelde de la noche de jueves. Hacerse fuerte en casa era el gran objetivo. Y la historia comenzó prácticamente de manera inmejorable. Apenas iban ocho minutos. Benítez ejecutó un tiro libre en la puerta del área, el arquero dio rebote hacia adelante y Pelletieri, solito y solo, empujó a la red para poner el 1-0. La rápida ventaja despertó, al menos por un momento, a los charrúas, que fueron contra el arco de Bossio. Bardaro tuvo una, pero Chiquito respondió bien, con el pie. El Granate creaba peligro en cada ataque y a su vez dejaba espacios en el fondo. El partido, abierto, estaba para cualquiera. Y los de Cabrero arañaron el segundo en reiteradas ocasiones. La cara interna del pie derecho de Valeri estuvo a punto de culminar un verdadero jugadón que pasó por Acosta, Salomón y Sand. Al ratito fue Pepe quien casi convierte de media vuelta. Por último, otra de Valeri. Cerca. Sin embargo, el fútbol tiene eso de impredecible que lo hace tan lindo. Así fue que, en un tiro libre, Abelenda colgó la pelota en el ángulo superior derecho de Bossio y puso las cosas 1-1. Tremendo golazo. Con la paridad en el resultado otra vez, el descanso llegó con una nueva chance perdida por Sand y un disparo de Blanco al palo izquierdo de Conde. La segunda parte mostró a un Lanús enchufado, con la clara y lógica intención de ganar. El arquero visitante volvió a lucirse, esta vez ante un zurdazo de Acosta, tras gran asistencia de Valeri. Y en la siguiente, todo Danubio pidió por un supuesto penal a Bardaro, en una jugada muy dudosa. Mientras los uruguayos todavía protestaban, Sand desbordó por izquierda, tocó al medio y encontró la punta del pie derecho de Acosta: 2-1 y el grito en un cielo que se teñía de granate. La mínima diferencia le dio aire al conjunto de Cabrero, pero el suspenso se iba a mantener hasta el final. Incluso, a trece del cierre, la visita estuvo muy cerca de alcanzar el empate. Esta situación dejó de ser tan en el minuto cuarenta y dos. Pelletieri metió un pase bárbaro en cortada y Sand se sacó la mufa. Convirtió el 3-1 definitivo y provocó el desahogo en el Sur. Lanús sacó la chapa de campeón local y es el primer equipo argentino que gana en esta Libertadores.

Carta: Es sábado 1º de diciembre a la noche


Daniel nos envía estas líneas granates


Es sábado 1º de diciembre a la noche, hasta hace un rato estaba muy CABRERO, tenía una calentura bárbara porque me PELLE el culo dos noches seguidas haciendo cola para conseguir una entrada para ir mañana a la Bombostora y me quedé con las ganas. Pero ya no es tiempo de lamentos. Ahora debo pensar en lo que pasará en unas horas. No estoy nervioso porque tengo fe en el equipo, pero sí muy ansioso hasta que llegue la hora del partido. Mi SAVIOLITA no para de darse máquina y ya estoy pensando, de antemano en los festejos. ¿Con qué brindo por el campeonato? ¿Me clavo un vino TINO o un vino BLANCO? No me decido. Por las dudas ya puse un champancito en el FRITZLER, quizás se me da por ahí.Pero el partido es a las 17:10.

Voy a tener que preparar algo posta para el almuerzo. Mañana me levanto temprano y me voy al MAXI kiosco a ver si consigo algo como para hacer una linda picadita. Unas papas fritas y unas rodajitas de salamín no vendrían mal como entrada. Quizás en el camino me cruzo con el MANICERO y también compro un poco. ¿Y para el plato principal? Ya sé, arranco con un PULPITO al escabeche y después tiro un SALOMON a la parrilla. Livianito, como para ver el partido con calma.Aunque mirar el partido sin compañía es un garrón.

Voy a llamar a un amigo Granate de alma como yo y le voy a decir BENITEZ para casa, che, así festejamos juntos. Pero no lo puedo creer, este sí que está nervioso en serio. Me dijo que prefiere alejarse del mundo todo el domingo para no sufrir. Se va a ir a su QUINTANA desde la mañana y piensa pasar la tarde por ahí cerca, pescando en unos LAGOS del lugar o mirando como crecen las FLORES, para no pensar en lo que pueda estar pasando con el equipo. Yo le dije “quedate acá, allá no te vas a sacar a Lanús de la cabeza”, pero no, él prefiere rajar como LAUCHA por tirante.…

Y llegó el domingo … hice todo lo planeado. De postre, una fruta, para evitar pesadez. Una PERALTA bien madura y a esperar que empiece el partido.La cancha está a full, la tribuna Granate está para ponerle un MARCOS. Para muchos el partido puede resultar complicado, pero yo estoy seguro que los pibes lo van a hacer FACCIOLI. Estos de Bosta Juniors no me asustan. Lo de ellos es puro bla bla, porque son bastante MALINGAS … Los 90 minutos se pasaron volando.

La pelota RODO con la fantasía y calidad que le imprimieron estos chicos recibidos de hombres … y ya somos campeones … ¿Cuánto VALERI este momento? … Si lo VIERA mi abuelo, que tanto luchó por el Club en sus inicios!!. La cotización de nuestros jugadores ZUBELDIA un montón con todo esto, y nuesto ego también.Y estoy feliz no sólo por este logro, sino también pensando en lo que deben estar puteando y sufriendo los de Bancien …

Si antes no existían, ahora son un equipo más CHIQUITO todavía. Con esto que se dio siento que les rompimos bien el HOYOS. Y si, estos tipos (los de la camiseta color de toldo) deben tener la sensación de que entregaron el MARON. Creo que tendrían que hacer una caminata hasta Lujam-bio para ver si ganan algo, mientras nosotros le rezamos de agradecimiento a SAND PEPE.

Pero basta de pensar en esos muertos … mejor me voy a La Fortaleza a cantar con mi gente.

Que SIGALI los festejos y no paren nunca más.

PICHUCO

miércoles, 13 de febrero de 2008

Carta de Carola al grana campeon



Y como pasa el tiempo, que de pronto son años.


Muchos de Ustedes ya habrán leído algunas de estás líneas, o por lo menos parecidas. También otros tantos contestaron a esto mismo que escribí y que publiqué con mucha euforia apenas hace dos semanas. Pero hoy, cuando pude lograr poner los pies sobre la tierra, me sentí capaz de sentarme a escribir o por lo menos de hacer el intento sin caer en el llanto incontenible. Sólo quiero compartir este momento con todos Ustedes. La mayoría hinchas, otros no, pero que a su modo vivieron esto conmigo, antes, ahora, siempre, y que me demostraron su afecto acordándose de mi, y sobre todo identificándome con estos colores.Por momentos siento que tengo miles de cosas por decir. De repente siento que no me salen las palabras, aún con la verborragia que padezco, y por último siento un ahogo en el pecho de tanta ilusión contenida de años acumulados desde el día en que mi vieja me trajo a este mundo, o mejor dicho, desde el día en que tuve uso de razón.Cómo explicarlo con palabras si solamente alguien que comparta esta pasión sabe lo que realmente significa sufrir por estos colores. No se saborea de tal modo el éxito cuando no se llegó a tocar fondo y a creer que todo está perdido. Cuando no se conoce la derrota. Hoy creo haber tocado el cielo con las manos.Que difícil es expresar un sentimiento cuando hay tantas emociones de por medio.“Lanús no sos sólo 11 jugadores que entran a la cancha con esperanzas de ganar”, sos un poco más que eso.Sos mi vida, el lugar que me vio nacer, crecer, esas paredes teñidas de granate, que poco a poco fueron marcando mi esencia puramente de ese color, como el de la sangre, que ya dejó de ser colorada. Sos barrio, sos calle, sos pueblo, sos potrero, sos verano, sos pileta, sos el maldito Parodi que no me dejaba sentar en el cantero de la pileta, sos el picadito de la canchita de handball, sos el “hay equipo” de los mini torneitos de voley, sos la colonia de verano, sos el quincho de vitalicios, sos hockey, patín, voley y todos los deportes que practico/qué, sos sos y sos. Sos todos esos rincones que me cobijaron durante toda mi infancia, y me cobijan hoy en día. Sos mis amigos. Sos el amor más profundo de mi vida. Sos mi familia. Y todo eso se me resumió en tan sólo un instante cuando sonó el pitazo final permitiéndome consagrarme como una de las personas más felices del planeta. Integramente FELIZ, en ese abrazo interminable. Y más feliz por ver a las personas que más amo emocionadas como nunca antes en mi vida pude verlas.Así como dice la canción (que muchas veces cantamos sin detenernos a pensar sobre lo que realmente entonamos) “de chiquito yo te vengo a ver”… si, desde muy chiquita!Años de popular, de tablones. Con Andre, Pupi y cía. Años de platea, con Caro, flía y cía. Años de visitantes, aca, allá, en la China. Con mi padrino y mi hermano a todos lados. Para muchas veces volvernos con las manos vacías. Cuando nos contábamos con los dedos de una mano. Tantos años que sumados hasta el día de hoy se me pasan en tan sólo un segundo, como si no hubieran transcurrido. Paradójico por cierto. A la vez los siento una eternidad. No hablemos de los más viejos, y de los muchos que ya no están para compartirlo. Dichosas aquellas criaturas que han visto la gloria sin fin, con tan sólo añitos de edad.Personajes de sobra… cuentos a la par. Son muchísimas las imágenes que se me cruzan y las personas que recuerdo, que hasta sería inútil numerarlas porque siempre me estaría olvidado de alguien. Desde familiares hasta amigos de la cancha, de la vida. Llantos de angustia y también de alegría.Tengo que confesar que estos últimos 30 días fueron casi un suplicio para mí. Muchas horas sin dormir, nervios por demás, ojeras hasta el piso, charlas de madrugada con mis amigas que estaban igual o más perjudicadas que yo! Viví pendiente las 24 hs de Lanús, sin importarme absolutamente NADA. Sumando puntos y haciendo estadísticas, sacando probabilidades de toda clase. Preocupada por conseguir una bendita entrada que, hasta que no pude tenerlas en mis manos, no descansé tranquila.Siempre me imaginé ese momento: de qué forma y con quienes iba a festejarlo, y les juro que no hice nada de todo lo que siempre pensé. Todavía no reacciono, y creo que recién voy a caer del todo dentro de un tiempo. Sólo quiero terminar diciéndoles que gracias a Dios me tocó vivir esta etapa gloriosa, que tanto anhelé, y que siempre creí verla desde lejos, auntoconvenciéndome de que era posible, pero con pocas esperanzas por cierto. Hoy me di cuenta de que todo se puede! Allá cuando nacía yo, Lanús comenzaba a transitar ese largo recorrido de ascensos por varias categorías del fútbol argentino, hasta llegar a lo que es hoy!Gracias a TODOS LOS JUGADORES Y CUERPO TECNICO. Gracias a la Familia Moriatis y al Tino por conseguirme las entradas MÁS IMPORTANTES DE MI VIDA. Creo que si no hubiese podido estar ahí nunca me lo perdonaría. Gracias Tío por llevarme a todos lados desde que mi memoria me permite archivarlo, y a vos enano por hacerme el aguante siempre. Y gracias familia por darme lo que soy! Tan pero tan orgullosa de tenerlos!


VAMOS GRANA CAMPEONNNNNN! Si, ahora puedo llamarlo CAMPEON!


Y este 31 brindaré por todos los que al igual que yo pasaron el año más feliz de sus vidas. SALUD!!!


Un abrazo de corazón!

lunes, 4 de febrero de 2008

Otra historia granate.


Muchachos: Ustedes quizás no me conozcan de nombre, pero yo los conozco a casi todos, sobre todo a los integrantes de la vieja Perrera y a la gente del Norland... Mi nombre es Nicolás Carpinetti y soy granate hasta los huevos. Estas líneas fueron escritas por mi luego del campeonato logrado por Lanus y me gustaria compartirlas con la gente... Es por ello que se las envío. Solo quisiera pedirles que no la modifiquen ni le cambien ningun nombre... ya que es un homenaje a mi abuelo. A todos los granates, esta historia le va a resultar conocida y atrapante... Además, creo que los puede llegar a emocionar ya que a mucho les habrá pasado lo mismo... Me encantaria entrar a la página y ver que les gusto y que me tuvieron en cuenta.Me encuentro al servico de ustedes, solo deben mandarme un mail. Sin más, saludos a todos.Nicolas C. Carpinetti

Había una vez un pibe de 7 años nacido en el barrio Villa Obrera…Por aquellos años este pibito andaba maravillado por un poderoso equipo argentino que llegaba a lo más alto a nivel mundial, corría el año 1986…Sin embargo, su abuelo, un viejo laburante gráfico, lo llevaba de la mano por Madariaga y le mostraba “otro mundo”. En ese mundo no existían ni la Libertadores ni la Intercontinental, pero siga leyendo Hombre, venga no se vaya que le va a gustar…En ese mundo se trabajaba día a día para salir del pozo. Ese pibe al que no le faltaba nada pero tampoco lo tenía todo al alcance, ese pibe se fue encariñando mucho con esa historia, esto tenía mucho más que ver con su vida, y con la de su familia trabajadora…De allí en más empezó a transitar ese universo. Su abuelo lo llamaba “Crespín” porque jugaba con la “7” en la espalda en la placita de a la vuelta. Mas tarde decidió ir a la escuelita de fútbol: se puso la casaca granate y el escudo en el pecho, el cual se iba a quedar a vivir allí por siempre. Quizás ese pibe visitó Arias y Guidi desde más chiquito, pero que yo recuerde, allí empezó a nacer un amor…Recuerdo un Lanus-Tigre o un Lanus-Temperley como los primeros partidos que viví. También me acuerdo de mi abuelo contándome que existía un muchacho que le pegaba al fobal como nadie. Me senté junto a él en la de madera y en el momento menos indicado, el gran uruguayo Villagrán estampó un golazo al ángulo y de tiro libre; fue un tibio empate con Almirante Brown de local, pero yo lo tengo clavado en la retina de mis ojos…Empezó un largo camino, muchísimos partidos en el Nacional B, una campaña hermosa con Roberto Rogel que me dejó llorando abrazado a mi abuelo en el último peldaño que faltaba, aquella tarde del Chaco. Me acuerdo de esa camiseta roja que usábamos, que decía Inca Seguros. Como lloré ese día, fue la primera vez que sentí lo que era el fracaso. Unos años mas tarde y casi sin darme cuenta, después de un año no tan bueno, me vi afrontando mi primer final… con Quilmes 2-1 en casa… y aunque allá no me quisieron llevar, esa fue una alegría enorme. Me encontré festejando en el mismo lugar y con la misma persona con la cual un año atrás sufrimos aquella derrota. Igualmente todavía no me entraba en el cerebro que mi humilde equipo iba a jugar el año próximo contra aquel River múltiple campeón. Para estos tiempos mi abuelo ya estaba bastante cansado y le gustaba quedarse en su casa con la radio a todo volumen, pero me esperaba para darme un abrazo cuando volvía triunfante. Mi vecino Miguelito ponía su taxi, mi viejo iba adelante y atrás yo y el tano (quizás el tipo mas hincha del grana que conocí en mi vida). Fuimos a todas las canchas del país, no ganábamos nunca, pero mantuvimos la ilusión de quedarnos hasta aquel partido con Platense en cancha de Banfield. Yo creo que esa noche, después de la bomba, empezamos nuestro regreso a la segunda categoría. Fue horrible, pienso que me confirmé en la parroquia Santo Cristo aquella tarde que perdimos con Union 2-3 en Santa Fe y mi reunión fue muy triste. A quien carajo le importaba la confirmación? Pero por suerte, aquí no termina la historia, ni mucho menos…Volvió el Negro Enrique, vino una bestia: el pampa Gambier, le ganamos a todo el mundo, goleamos a todos, disfrutamos ese buen juego que siempre nos caracterizó, le ganamos a los pingüinos con gol del Patón y…… y le gritamos al mundo que éramos de primera, que ese era el lugar que nos correspondía y que nunca jamás volveríamos a bajar. “Nunca mas”. Todavía recuerdo la cancha con Maipú, mitad madera, mitad cemento, pero repleta, al mango. Hasta ese momento no había visto nada igual…Desde ahí, empieza el tramo mas lindo que uno podía imaginarse. Las campañas en primera fueron de buenas a mejores. Tuvimos grandes equipos y grandes jugadores. Peleamos varios torneos, animamos muchos campeonatos con buen fútbol, cosechamos los mejores elogios de todos los medios, pero…… pero siempre nos faltaba un poquito, casi nada… nos quedamos con las ganas una y otra vez, y hasta llegamos a pensar que nunca se nos iba a dar. Peleamos un torneo en el 94, faltaban 4 fechas y se cortó el torneo, volvió en el verano y llego el partido con diluvio en la Bombonera… 0-3 y a la mierda con nuestras ilusiones. Luego en el 96, un equipazo, de los mejores que vi., de los mas lujosos, le ganamos a todos los grandes, pasaron vergüenza con Lanus, bailamos al River campeón de Ramón Díaz, ¡que pedazo de baile¡perdíamos y en 8 minutos le jugamos como sabíamos y le podríamos haber hecho 6 goles. También le hicimos 3 a Boca (con caño incluido del Búfalo al mono, y quedamos de cara al cielo que nos bañaba de felicidad). Daba gusto ver jugar a Lanus, era un placer para todo el que ama este deporte… pero una noche de primavera, el señor Giménez se planto en la Fortaleza he hizo que Independiente nos arruinara nuevamente la vida. (Para ese entonces ya junto a Martín, mi inseparable amigo de la tribuna, el mismo que será el primero en leer esto cuando lo termine). …el chango con el buzo de Roa… la pelota que entro en silencio… el descontrol final, lágrimas otra vez, siempre presentes, violencia, peleas, palos, una noche inolvidable por miles de razones… a casa llegue 1:30 de la mañana…Luego en el año 98 otro buen grupo y que jugaba muy lindo eh, Bartelt, Pininito, Kmet y otros. Estuvimos muy cerca, casi le ganamos a Velez (futuro campeón) en Liniers y otra hubiera sido la historia…Aunque esa no fue la mayor satisfacción del año: se acuerdan en las últimas fechas, ese partido contra San Lorenzo? Je j eje, como olvidarlo? Minuto 90, teníamos en el banco a un flaco que jugaba algo bien, decían que estaba muy enfermo, lo daban por muerto. Ese tipo llamado “Hugo Morales” entro peladito al campo de juego, con unas ganas…con una fe…Ese muchacho encontró un rebote en el área y sin dudarlo nos regalo un triunfo espectacular, nos dio la chance de seguir peleando hasta el final. Pero saben qué? A nadie le importó el resultado, la gente se abrazaba con los ojos humedecidos porque ese ídolo estaba recuperado y “vivo”. Momento único en mi vida. Me alegre tanto de verlo bien, me puse contento como si fuera mi hermano. Después alternamos buenas y malas, la pasamos bastante mal, jugamos la promoción… la “14” alentó como nunca ese torneo y los jugadores ponían unos huevos enormes, todos juntos evitamos lo que hubiera sido una injusticia imperdonable para el fútbol…Qué? Usted esta pensando que me olvide de algo? Jamás hermanos granates¡ jamás, mi viejo¡ Aquel equipo del 96 que les contaba, se puso a jugar una copa internacional, muy parecida a la actual Sudamericana ¿o no? Que nadie subestime a la Conmebol, por favor…El humilde equipo de la ciudad paseo su fútbol por Bolivia, Paraguay, Rosario y Colombia, señores¡ y además se canso de hacer goles en la gloriosa de Arias y Guidi. Por primera vez en su historia nuestro querido Lanus gritaba “Campeón”, que festejo loco¡ no era para menos¡ Mi abuelo me decía que a Lanus no le convenía jugar la copa… cosa de viejos… y lo entiendo, el vivió otra época muy diferente a la de los mas jóvenes…Igual esa final en Bogotá, la ví con él, obvio, los 2 a oscuras en su casa, hacía un calor terrible, se jugó tardísimo, no comprendía que hacia mi abuelo a esa hora levantado... Es joda… como no lo voy a entender? Me acuerdo del grito de Campeón apenas sonó el silbato, abrazo de por medio y seguíamos gritando y saltando, todavía oigo su voz ronca y afónica de tanto pucho y de tanta alegría…Ese fue su festejo, se lo merecía, le hubiera puesto la piel de gallina a usted, verlo como estaba…Mientras quiero recordar a Cravero, el chupa, Huguito, la Urraca, Enría, Ibagaza, Mena, etc (a todos). Retomando la cronología no quiero pasar por alto al último equipo que peleo bien arriba (o al anteúltimo): Llego Cabrero, un tipo del club y del barrio, lo acompañaba Zubeldía, “un genio en miniatura, un prodigio” y ellos dos armaron un equipo. Echaron al carajo a todos los que no la sentían ni la transpiraban, dejaron a los mejores y sacaron mil pendejos de inferiores, de todo sacaron, una manga de pibitos “irrespetuosos” que se cagan en la historia, en los mitos, en las canchas visitantes, en lo que se dice, en todo…Claro que faltaba un poco de experiencia. Solo por ello Lanus fue subcampeón en el 2006 y no pudo concretar el sueño... Solo por ello… ...y llego el 2007……Cuando comenzó el año nunca pensé que sería futbolísticamente el más lindo de mi vida…Llegado el mes de julio me encontré en la Clínica Modelo, triste y sin consuelo visitando a mi abuelo, aquel granate puro, de alma que me llevó de la mano a la de tablones. Parece mentira, después de una vida entera esperando el milagro, el viejo lobo de mar se me fue una fría mañana de julio cuando me estaba yendo al laburo…… y lo primero que pensé fue que no se le pudo dar el sueño tan esperado. Hoy recuerdo muy clarito que ya en la cama enfermo me dijo: “Che, viene el Pepe Sand; ¿hace goles ese?”. Y yo le contesté que la iba a romper, sabiendo por dentro que quizás el no lo vería…Y así fue nomás, uno tras otro, en cada gol del Pepe, en la fortaleza o fuera de ella, yo miraba al cielo y charlaba un minuto con mi abuelo, como lo hacía antes cada vez que llegaba a casa. Yo no creo mucho en los cementerios, es por ello que pienso que cuando voy a la cancha lo voy a visitar a él. Me emociono permanentemente y hasta demasiado, pero sin quererlo, todo esto provocó que este año sea muy especial. Me acuerdo que lo primero que le dije a Martín, “mi viejo compañero de tribuna”, después del velatorio, fue que mi abuelo iba a hablar con Dios, que le iba a pedir un favorcito…A Ustedes les parecerá un cuento pero les juro, créanme que todo esto es real. Cada vez que comenzaba el partido, yo miraba para arriba y de allá me daban fuerza y confianza. Yo estaba convencido desde el partido con estudiantes, desde el gol de Malingas, y sino pueden preguntarle a Martín y su hermano. Yo no quería la Sudamericana, yo quería el premio mayo. Quiero ser Campeón de Primera, para mí, para todos, para todos los terrestres y para todos los Ángeles granates, aquellos que ocupan la popular mas alta, la que esta al lado del palco del Todopoderoso. Nunca llore tanto en la cancha, nunca tantos nervios y tanta alegría junta a la vez. No dormí los últimos 2 meses ¿a Usted le pasó lo mismo? Entonces me entiende…Así llego el día 2 de diciembre de 2007, mamaaa… que día ese… no conseguí una puta entrada para la Boca, ni por derecha ni por izquierda, y hasta me puse muy mal el sábado, muy triste; pero cuando llegué a la cancha para verlo en la pantalla gigante, no lo podía creer, estaban todos: Los mas viejos, los mas chicos, los yetas, las mujeres, las viudas, los traidores, los de siempre (sin entrada para la Boca obvio), los del barrio, los de España, los chusmas, etc etc. Ah, si obvio… y los Ángeles…Hasta me pareció ver a Miguelito (el del taxi) Que Dios lo tenga también en la Gloria…… y claro Señores, con todo eso, como no íbamos a ser Campeones? Y quién otro iba a hacer el gol, sino el Pepe? Fue todo soñado, como en una historia de amor, con los chicos nacidos en el club, en la sucia Bombonera, con el buen fútbol y el buen gusto de siempre, merecidísimo Señores, como el sueño de un humilde laburante: empezamos mal, desde muy abajo, con sacrificio… … para terminar en la gloria, en lo mas alto…Y ahí sí… ahí nos abrazamos todos, los de acá abajo que mirábamos el cielo y los de arriba que miraban la cancha deseando haber estado allí, nos apretamos bien fuerte, lloramos y reímos juntos y HOY disfrutamos del sueño mas hermoso¡¡¡ Que no termine nunca¡¡¡ Que sea para siempre¡¡¡ Gracias abuelo¡¡¡ gracias de corazón¡¡¡ por Nicolás C. Carpinetti12-12-2007En homenaje a Horacio Enrique Terenzi…

viernes, 1 de febrero de 2008

UN CUENTO DE TÁNTOS


Internas... Política… Farándula…Violencia…Siempre me pregunté qué tiene que ver todo eso con el fútbol… “Y las cosas son así… todo lo que mueve plata acumula intereses que no representan necesariamente los de la gente”. Razonable y realista explicación., pero sólo razonable y realista. El Fútbol nace de “querer jugar”, nace de ilusiones, de pibadas de Barrio que sabían que era fácil jugarlo: se necesitaban cuatro piedras, o latas, o lo que fuera y una pelota, o varias bolsas anudadas, o una caja de Cepita inflada, o lo que fuera…Héctor Enrique, campeón del mundo con Argentina en el 86’ dijo: “El fútbol no es tan difícil como algunos quieren hacerlo”. Yo pienso así… Pero entonces ¿por qué resulta que ES difícil? ¿por qué se complica? ¿quiénes lo hacen? ¿cómo? “Y… las cosas son así… Hay negociados, intereses de por medio” escucho… “Y esto es un gran negocio…” me dicen… “ Y… todo tiene su precio” “Y, hay equipos grandes y equipos chicos, esto no lo vas a entender, pero ES ASI” “Y…”…Una vez, en un charla cualquiera de fútbol, hice la misma pregunta. La mayoría me respondió cosas parecidas a las que ya había escuchado, pero alguien me contó algo diferente… Un cuento… Un cuento que, como tal, era solamente una historia, una fantasía, no era real ni lo iba a ser. Ahora me toca contárselos a ustedes…Resulta que una tarde el Fútbol estaba jugando un picadito con el Barrio contra el Atardecer, ese turro que cortaba los partidos porque se llevaba la luz. En ese momento la Empresa pasó por la vereda moviendo el culo, con un escote hasta el ombligo, mostrando todo y con la boca chorreando de promesas. Lo miró, lo sedujo y él compró. El Barrio lo llamaba, “Che! Y el partido?? No podés ser tan pollerudo!”… “Y bueno, flaco, nadie es de madera”. El Fútbol se alejó. Y él la siguió, hipnotizado, por caminos desconocidos, deslumbrantes, y se fue convirtiendo de a poquito en lo que ella quería… Porque ella sabe, porque ella abre puertas… Así el Fútbol se “embelleció”, porque la Empresa fue sembrando cuidadosamente en su alma de Juego, “avivadas” que no tenían ya nada que ver con la picardía de los sombreros , de las rabonas. Que no eran para el aplauso de los compañeros de equipo y la tribuna, que no eran para ver con satisfacción cómo el rival se comía el amague… Era para Otros, que no se veían... Y el Fútbol se empezó a “agrandar”, sí, pero en serio… Empezó a engordar alimentado por elogios que estaban secretamente condimentados con Intereses y Comercios. Así se fue rodeando con tipos de traje tan distintos a la pibada con la que él había nacido, pero que tenían toda la pinta de que “sabían lo que hacían”, que “sabían qué era lo mejor para él”, además si ella lo decía… Al Barrio ya no lo veía casi nunca, tenía otras actividades, otras amistades. Así que decidió mudarse a un piso a la altura del 5º Infierno, de lo más lujoso, elegido y decorado por su mujer. Rodeado de Negocios donde uno puede comprar Absolutamente Lo Que Sea. Y conoció a estos pibes, macanudos la verdad: los Excesos y la Obsecuencia, con los que la pasaba bárbaro y ahí estaban “cada vez que los necesitaba”, cada vez que el alma le tironeaba la memoria para el Barrio aparecían y le giraban la cabeza para que mire del otro lado del océano, porque ése era su nuevo objetivo “¿Qué querés, boludo? ¿Ser solamente lo que sos? No mires para Adentro, ahí ya no hay nada”. Así, rodeado de su nueva gente, el Fútbol creció, se superó, deslumbró al mundo entero, aunque tenía esa sensación extraña, rarísima, sin sentido, de “estarse olvidando de algo”. Cada vez se empezó a sentir más olvidadizo y más “pesado”, pero ¿Para qué recordar? Ya tenía quién tomara las decisiones por él… Tenía a los mejores en el asunto. Un 2 de Diciembre de 2007 el Fútbol estaba reposando tranquilo sobre la Estadística y los Arreglos mirando, como siempre, para el otro lado del mar. De repente, cerca del atardecer (ese turro que no le dejaba terminar los partidos… ¿Qué partidos?), sintió un golpe terrible en la cabeza, un piedrazo, y comenzó a sentir un murmullo lejano pero familiar. La Estadística, tan firme e infalible como parecía, tembló y se fracturó en mil pedazos. El Fútbol no entendía nada… El murmullo se alzó y estalló en un grito monumental. Se asustó, sentía que lo estaban Taladrando por dentro. Saltaron lágrimas de lugares que había olvidado que tenía, para el lado del Sur. La Boca se le secó llamando un hambre que hace tiempo no vivía. Su sangre comenzó a burbujearle en las venas como si el mismo Diablo la hubiese hervido. De repente se sentía Millonario, y mirá que había hecho guita, pero no, se sentía así justo ahora. Se sentía un verdadero “troesma”, digno de dar clases en cualquier Academia y entusiasmar a miles de Estudiantes. El alma le vibró con la violencia de un Ciclón enojado, reprochador. Le parecía escuchar el aullido de un Lobo… Todo que le resultaba conocido. El cagazo era terrible, pero qué bien se sentía… De repente… Empedrados, ese Atardecer hijo de puta, latas, pelotas, juegos, rodillas raspadas, abrazos transpirados, camisetas sucias de gloria fantaseada, esencia de gambetas… Empezó a recordar… El Interior, su Interior y sus tesoros escondidos, sus esperanzas, sus sueños posibles, sus leyendas. Juegos de Piratas, ése Bichito Colorado que le hacía cosquillas en el alma, recuerdos Funebreros, historias de Globos invencibles que se pinchaban y se llenaban de aire para volver a subir, brindis Cerveceros, un Fortín de ilusiones intactas defendido por un infalible Arsenal de fortaleza y orgullo…Cayó de rodillas y dejó de mirar para el otro lado del océano, miró para Adentro, para el lugar de donde había venido el proyectil y lo vió… el Barrio, ahí, parado en una esquina cualquiera, mirándolo triunfante, con esa sonrisa socarrona que lo caracterizaba y con resplandecientes piedras Granates en las manos, iguales a la que le había revoleado por la cabeza. El Fútbol sonrió, el Fútbol recordó…El Barrio le dice: “Te encontré! Che, se armó un partido en serio, chabón ¿te prendés o vas a seguir boludeando?” Jugaron toda la tarde. Nunca me voy a olvidar de esa tardecita, cuando el Barrio y el Fútbol se volvieron a encontrar, hasta el Atardecer se sentó con el Sol a disfrutarlos. La tarde entonces fue larga, larguísima, la más larga de la historia…Ojalá se alargue más. Ojalá el complemento sea indefinido. Mientras… los Otros lo buscan y van a parar de buscarlo en cuatro patas, olfateando el aire y rascando la tierra… Y sí, lo van a encontrar… Pero esa tarde no se la va a sacar nadie, cuando volvió a ser él, cuando se olvidó de los flashes, cuando un Piedrazo Granate le derrumbó la Estadística y lo obligó a recordar quién era, quién es… Cuando en el Barrio se adelantó la Navidad y las lágrimas fueron de alegría. El Fútbol no es tan difícil como algunos quieren hacerlo, claro que no…El Fútbol siempre va a ser grandiosamente Fútbol y tiene Barrio para recordarlo.

Damián, un hincha fanático del grana, nos envía esta carta a su abuelo, granate de la 2da bandeja


Muchachos, lo que sigue es algo que escribí y quería compartirlo con ustedes, un abrazo enorme.Como hacer para no emocionarme? Como hago si siempre, desde hace 21 años me acuerdo de vos? Como hago para no aflojar si en todos, absolutamente todos los partidos, y en todo el país, miro al cielo y te pido que alientes conmigo.Y aquel día, si, ese día, el de tu cumpelaños, tu corazón dijo basta y te fuiste. Si, ahí cerquita de la cancha, en donde está el tanque de agua, en tu otra casa, en Obras, sobre Arias.Y eso que tenía 5 años nada mas, pero me dejaste los colores grabados en el alma, en el pecho, como esa de piqué con el escudo gigante que me regalaste, la primera, la que lloré cuando dijo no va mas, cuando el agujero ya era indisimulable.Y alentaste en el 90, y sufriste en el 91, y alentaste mas en el 92.Y el aliento se hizo grito en el 96. 15 años tenía, y el baño en la fuente de la estación, mirando al cielo, y la fiesta.Y el aliento se nos atraganto en el Gasómetro, pero no nos importó, seguí pidiéndote y seguiste alentando, siempre.Y llegó el 2002, y juntos, en la tribuna del Poli, alentamos y gozamos con el gol de Hoyos, pero antes te había rogado que no pares de cantar, cuando las papas quemaban y el Chupa nos devolvía el alma en Platense.Alentaste tanto que en el 2006 nos quedamos ahí casi casi, pero te seguí rompiendo, como cuando te pedía ir a la cancha, sábado, salir de casa, por Bernal y doblar en Posadas para tomar el 239, y llegar a casa, esa de tablón, si la misma por la que tanto laburaste. Y el domingo estabas ahí, bien arriba, en la tercer bandeja, al aldo mio.Y lleve la radio, como vos lo hacías, y llegó el gol del Pepe, y claro que no lo vimos, pero como lo gritamos viejo!!!!Y cuando terminó, lloré y lloramos y te sentí abrazándome y saltando y cantando y no vimos la (media) vuelta, porque mis (nuestros) ojos estaban inundados y estabamos sentados, porque no podíamos pararnos, mirándonos sin creerlo.Gracias abu, Antonio, gracias por todo y por ponerme en el pecho ese escudo que llevo en el alma, como vos, y para siempre.Damian LongoP.D: A mi abuelo y en él, a todos y cada uno de los muchachos de la segunda bandeja.

Raconto histórico del campeonato granate


Hasta hace unos días, la canción era:"Este es el año Granate,no le falles a tu gente,la que te sigue alentando,la que siempre está presente.Tenés que salir campeón,tenés que dejar la vida,para que llore el Taladro,los Bosteros y las Gallinas"Y ya está, ya somos CAMPEONES... El sueño de tantos años se alcanzó y hoy los hinchas de Lanús nos sentimos los más importantes del mundo. Merecíamos este título porque ya hace varios años que veníamos arrimando la bocha y siempre nos faltaban cinco para el peso... pero ahora se dio y no va a ser la única vez. Ganar un título era lo que le faltaba a Lanús para sacarse de encima ese peso de no tener una copa nacional en las vitrinas, y ahora va a ser más fácil (hablo psicológicamente) poder lograr más campeonatos. Lo de ayer fue el punto de partida de una época de gloria.Justamente eso es, nada más ni nada menos, lo que los hinchas de Lanús nos merecemos. Porque si bien hubo muchas cosas de las buenas, tuvimos bastantes de las malas (y bien jodidas). En dos años nos fuimos de la "A" a la "C" y el camino de vuelta se hizo muy difícil. El club casi fundido, dirigentes ineptos, jugadores que llegaban al club para robar... Por suerte, una realidad totalmente opuesta a la actual, donde dirigentes honestos y responsables, un cuerpo técnico humilde y muy capaz, y un grupo de jugadores (el 90% nacido en las inferiores del club) de gran calidad conformaron una gran fuerza que nos llevó a la gloria.Podría ponerme a detallar muchos momentos ... y por qué no hacerlo? La felicidad por el logro de este campeonato me da la tranquilidad para poder escribir sin ningún tipo de apuro. En un segundo pasan mil imágenes por mi cabeza: de Los Globetrotters y de Los Albañiles no puedo hablar porque no los ví, pero por supuesto los conozco por mi fanatismo granate y por todo lo que me contó mi viejo. Los relatos sobre la calidad del Nene Guidi, las maravillas de Mandrake Lugo, las atajadas de Piromalli y las paredes de Silva y Acosta provocan envidia por no haber podido vivirlas.Uno de mis primeros recuerdos reales es el del ascenso del '76. Me acuerdo esa tarde, escuchando por radio el rato de Jorge Bulrich, y si no me equivoco, ganándole 2 a 0 a Almirante Brown, con un gol de Epifanio. A partir de ahí ya tengo en mi cabeza imágenes vividas: el debut contra All Boys, bajo una torrencial lluvia y con un 4-0 a favor, el empate 1 a 1 en cancha de Independiente, el 1 a 1 con River en cancha de Huracán (con gol de Lorenzo Ojeda de penal), el triunfo sobre Boca por 2 a 0 (con Perassi atajando para ellos), el último partido del año, como local, ante Rosario Central que se mató para ganarnos y mandarnos a jugar un desempate por el descenso con Platense... y cómo olvidar esa noche en el Viejo Gasómetro de Av. La Plata!!! Si cierro los ojos un instante puedo ver claramente el cabezazo del Negro Zárate, casi sobre la hora, que reventó el travesaño y nos hubiera dejado en Primera. Después, la interminable serie de penales y la historia bien conocida.Ahí entramos en un tobogán peligroso que nos llevó, sin escalas, a la Primera C. No fue sólo una debacle futbolística sino, principalmente, institucional. El debut en cancha de Barracas Central fue 1 a 1, con un gol de penal (y con fortuna) de Marcelo Fuentes, sobre la hora.La vuelta a la B, que imaginábamos inmediata, duró tres largos años en los que enfrentamos a equipos que, sin desmerecerlos, hoy están años luz de lo que es nuestra realidad... Si hasta jugamos contra Piraña que hoy muchos ni recuerdan que existió!!La llegada de Don Juan Manuel Guerra nos terminó de encarrilar y (¡como ahora!) los pibes del Club (Nigretti, Crespín, los hermanos Enrique, Sicher, Attadía, el eterno Mago Lodico, etc.) nos dieron el campeonato. Me aparece en la mente, como punto máximo, el gol de Nigretti contra Chacarita, que hizo que nos despeguemos en la punta. Pero me resulta inolvidable el gol de Sicher, casi desde el córner, la tarde del 8 a 0 a Gral. Lamadrid.Volvimos a la B y ese año había que enfrentar al fenómeno San Lorenzo. De visitantes empatamos 0 a 0 en cancha de River (un par de días después del inicio de la guerra de Malvinas) y de local les ganamos 1 a 0 con gol de Ramón Enrique bajo una persistente lluvia.Todos los años renovábamos la esperanza de volver a Primera, pero siempre moríamos en el intento. Era la época de Perassi, Demagistris, el Tano Labonia. En 1986 se creó el Nacional B y ahí entramos con lo justo, ganando el último partido 5 a 1 a Alte. Brown. El debut en la nueva categoría fue en nuestra cancha, la de los tablones que tantas tardes resistieron los saltos de la hinchada, con un 3-0 sobre Gimnasia de Jujuy (un gol de Saturno al minuto).Aparecieron Leo Rodríguez, el Pipi Váttimos, Juan Carlos Ramirez, llegaron el gran Gilmar Gilberto Villagrán (¿no se le podría poner su nombre al estadio?), el Potro Echaniz, pero no podíamos lograr el objetivo de campeonar.Para la temporada 1988/89 llegó Roberto Rogel y se armó un equipo que fue sensación con el fútbol de Guillermo Alonso y los goles de Gustavo Zalazar. Nos sentíamos campeones desde el mismo inicio del torneo. Faltaban 9 fechas y llevábamos 7 puntos de ventaja (cuando todavía se sumaban 2 unidades por victoria). Imposible no lograr el objetivo... pero el equipo decayó (inolvidable la derrota como local con un equipo de Necochea -del que sí me olvidé el nombre- en el que jugaban el Patón Mainardi y su hermano) y llegó el fatídico 27 de mayo de 1989 (fecha marcada a fuego en mi vida: el mismo día en que yo cumplía 20 años mi amado Lanús se jugaba el ansiado ascenso). Jugábamos de visitante ante Chaco For Ever, al que superábamos en la tabla por un único punto. El empate nos consagraba, pero perdimos 1 a 0, por un gol de Di Marco de penal (al año siguiente fui a Avellaneda a ver Independiente-Chaco For Ever para, expresamente, putear a Di Marco los 90 minutos). El destino, todavía, quería que suframos más. En el último instante del partido el árbitro, que si mal no recuerdo fue Juan Carlos Lousteau, cobró un tiro libre para el Grana al borde del área. El infalible Villagrán le pegó con su habitual y temida precisión, pero el travesaño nos negó la felicidad. Toda mi familia recuerda siempre que mientras mucha gente festejaba mi cumpleaños, yo estaba tirado en la cama llorando sin consuelo.La revancha no tardó en aparecer. Tras la frustración el equipo se desmembró y quedó un plantel conformado solamente por 7 jugadores. La dirigencia contrató al todavía inexperto Miguel Russo y se puso en marcha un trabajo que hoy sigue dando frutos. El equipo arrancó con altibajos pero se fue consolidando de a poco hasta llegar con mucha solvencia al Torneo Reducido. El conjunto todo, pero especialmente los goles de Mainardi como local y los penales atajados por el Lechu Herrera en cancha de Quilmes, hicieron que la final sea nuestra y que la Primera División vuelva a contar con Lanús después de 13 largos y sufridos años. La primera parte de la temporada arrancó muy mal, con una magra cosecha de puntos. La segunda mitad fue diferente (si hasta a mitad del torneo aparecimos por la punta), con el fútbol del paraguayo Adolfino Cañete y los goles del Toti Iglesias soñamos con la permanencia. Pero el implacable descenso volvió a perforar nuestros corazones.La coherencia dirigencial mantuvo a Russo como DT y se trajeron refuerzos de lujo para la categoría. El equipo fue sólido en todo momento y con una columna vertebral formada por Marcelo Ojeda, Ricardo Kuzemka, Héctor Enrique y Miguel Gambier volvimos a Primera sin objeciones... y para quedarnos eternamente.Pronto nos transformamos en un equipo respetado por todos y temido por muchos, sobre todo por River, al que desde la vuelta le ganamos más de lo que ellos nos ganaron a nosotros. De esos primeros años son inolvidables el 3 a 2 en cancha del Rojo (dos goles del Tero Di Carlo y uno de Gambier -que terminaron con la carrera de Comizzo en las Gallinas-) y tres triunfazos de visitante: Otro 3-2 (con dos goles del Chucho Schurrer, uno en el último minuto), un 1-0 (gol del Caño Ibagaza) y la noche soñada del 4-0 (con partidazo de Bartelt).En 1996 se alcanzó nuestro, hasta hace unos días, mejor año: fuimos el equipo con mayor puntaje del año y lo coronamos con la obtención de la Conmebol. De la mano de Héctor Cúper, y con Cravero, Ibagaza, Huguito Morales, Enría, el Chupa López y el resto, mostramos un fútbol de alto vuelo.El año siguiente nos volvió a encontrar en la final de la misma Copa, pero esta vez nos quedamos con las ganas (siempre le reproché a Garré -el DT de ese momento- que en la final como local puso como titular a Clotet y dejó en el banco al Pininito Más). Sobre fin de año se produjo, con nuestra camiseta, el retiro futbolístico de Oscar Ruggeri, que fue sustituído por Lucas Alessandria luego de convertirle un gol de penal a, justamente, Chiquito Bossio. En el '98 hicimos nuestra mejor campaña en torneos cortos. Con Mario Gómez como DT llegamos a 40 puntos y tuvimos que conformarnos con el subcampeonato.A partir de allí nuestras campañas bajaron el nivel y el 2002 nos encontró sufriendo con la Promoción. En los últimos partidos del campeonato asumió como entrenador el Profe Córdoba, que le imprimió una gran dosis de garra al equipo. Para recordar, los triunfos de local ante Racing (golazo del peruano Mariño) y River (con gol de Mauricio Romero). La definición por no descender fue contra Huracán de Tres Arroyos y la pasamos sin mayores sobresaltos.Los siguientes campeonatos nos encontraron navegando por el medio de las respectivas tablas de posiciones. Pasaron técnicos como Chiche Sosa, Brindisi, Ramaciotti, Gorosito... hasta que, después de 20 años, volvió a dirigirnos Ramón Cabrero.No bajamos más del sexto puesto, logramos un nuevo subcampeonato, clasificamos a las Copas Sudamericana y Libertadores ... y cuando menos lo esperábamos ... LA GLORIA!!!La inesperada eliminación de la Sudamericana golpeó duro en el corazón de los hinchas pero no en el del plantel, que demostró temple y firmeza como para sobreponerse inmediatamente y muy pronto tomar la punta del campeonato para no abandonarla.Quizás se hizo muy largo el relato de mi vida y mis recuerdos junto a Lanús, pero como dije más arriba, todas las cosas que detallé pasaron por mi cabeza en menos de un minuto. El mismo minuto en que Pezzotta marcó el final en la cancha de Boca y el Grana se consagraba CAMPEON.De la mano de Ramón Cabrero, con los goles del Pepe Sand, la calidad de Valeri, la firmeza del Tino Ribonetto, la entrega de Pelletieri, la seguridad de Hoyos, la velocidad del Laucha Acosta, la aparición de Blanco, la experiencia de Graieb y Bossio, la salida de Velazquez, el auxilio de Fritzler, más todo el aporte del resto del plantel, se dio vida a una ilusión eterna: LANUS CAMPEON DE PRIMERA DIVISION.La fiesta del domingo fue increíble ... explotó la ciudad.Le mando este mail a mucha gente. Muchos ya están felices como yo por ser hinchas de Lanús, otros se habrán puesto contentos por saber que yo estoy disfrutando como loco, y otros muchos estarán a las puteadas... A los hinchas Granates, no me alcanzan las palabras para decirles algo, a los que se pusieron contentos por mí les agradezco con el corazón, y a los que están a las puteadas les digo simplemente que me chupen un huevo, ja, ja. En este momento Lanús es el mejor equipo de todos. Eso no admite discusión ni permite ningún tipo de comentario malicioso.Me voy cantando bajito ...


"Si, si, señores, yo soy Granate,si, si, señores, de corazón,porque este año de Lanús Este,de Lanús Este, salió el nuevo CAMPEON""


Señores, yo soy de un barrio,barrio de corazón,del barrio de Lanús Este,EL GRANATE ES EL CAMPEON"


"Ya se acerca Nochebuena,ya se acerca Navidad,para todos los de Banfieldel regalo de Papá"


"A vos que sos hincha de Banfieldy nunca lo viste campeónte quiero contar lo que sientela gente que sigue a Lanús.Nosotros hicimos la cancha,nosotros salimos campeón,nosotros tenemos los huevosque no tenés vos"


"Te querés matar,te querés matar,si sos de Banfield (puto!),te querés matar"

Se pide la baja oficial del ¿clásico? vs pingüi y compañía

AT. SRES AFA - SOLICITUD DE BAJA DEL CLASICO DEL SUR LANUS vs BANFIELD

CONSIDERANDOS:

La reciente coronación del CLUB ATLETICO LANUS como CAMPEON del fútbol argentino no ha sido más que el corolario de un proceso conformado por distintos hechos y circunstancias que, se sospechaba, precipitarían la inexorable solicitud de la presente petición.

Objeto


Motiva la presente solicitud el hecho de no poder sostener toda la liturgia, folclore y, sobre todo, circunstancias objetivas, que rodean a un partido clásico.


HECHOS

Prueba Geográfica
Banfield es un barrio que forma parte del Partido de Lomas de Zamora, que a su vez, engloba otros conglomerados urbanos, como Villa Galicia, Villa Centenario, etc, etc. Geográficamente Banfield es un apéndice de Lomas de Zamora. De lo que antecede se desprende que no tiene entidad de Partido ni de Municipio. Administrativamente, es Lomas de Zamora el rector en esta índole, a saber: Trámites catastrales del Barrio de Banfield deben ser canalizados en Lomas. Actas de Matrimonio / Nacimiento idem anterior Colegios Municipales pertenecen a Lomas. Policía Departamental existe la correspondiente a Lomas, Banfield se rige por la normativa de esta. Intendente: los habitantes de Banfield no lo poseen, los gobierna el Intendente de Lomas. En honor a la brevedad, todos los habitantes del Barrio de Banfield se rigen ABSOLUTAMENTE POR TODAS LAS DISPOSICIONES (comunales, administrativas, etc, etc) DEL PARTIDO AL CUAL PERTENECEN. Se desprende de lo arriba vertido que geográficamente el clásico de Banfield debe ser el Club LOS ANDES, que además así ocurrió toda la vida. Ambos pertenecen al mismo municipio lo que le otorga mayor sustento a la presente petición.


Infraestructura Edilicia

El CLUB BANFIELD posee un estadio que ha ido reformando en los últimos años, en algunos casos, en la actual tribuna local ha prácticamente cercenado, en forma unilateral y despótica los derechos de parte de la vecindad de poseer energía solar en sus casas. Fundamos la aseveración que antecede en que la bandeja superior de la actual cabecera local priva de los beneficios que otorga el sol a las casas linderas. Ante reclamos en sede judicial de los moradores de estas, el club argumentó el instituto jurídico conocido como expropiación, aplicado por ejemplo para la contrucción de Autopistas.Cabe aclarar que la contrucción de estas, con los beneficios que conllevan, justifican tamaño accionar. Nada tenemos para objetar en cuanto a las autopistas ya que las bondades están a la vista de todos. Pero en relación a la contrucción de la bandeja superior local.CUAL ES EL BENEFICIO?????? SI NUNCA LA LLENARON


CAMPO DE DEPORTES

Obsequiado por el poder político que ostentaba por entonces un ex presidente de la república, simpatizante banfileño. El mismo se halla ubicado en la Localidad de Luis Guillón, absolutamente distante al radio de injerencia del club.Lamentablemente este campo pertenecía a la otrora cooperativa EL HOGAR OBRERO, víctima del adveniemto de capitales extranjeros en materias de supermercados, caso Wall Mart -EEUU-, CARREFOUR (Francia), JUMBO (CHILE), ETC.


El daño en este caso es irreversible y las consecuencias están a la vista. Solo hace falta cotejar videos de los últimos Lanús - Banfield para observar inequívocamente las artimañas a las que recurren los productos de aquella cantera, todos hemos sido testigos de los artilugios extrafutbolísticos en los que incurren los alcanzapelotas, concebidos en la factoría de Guillón.


ASPECTOS POLITICOS

Si bien el DUHALDISMO se erigió en una maquinaria arrolladora traccionando votos de todos los poblados, obtuvo en varios mandatos inenterrumpidos quorum propio en ambas cámaras legislativas y dominó los destinos del distrito más importante del país, tampoco es un hacedor de milagros, NO LOGRO QUE BANFIELD SALIERA CAMPEON.


ASPECTOS DE ARRAIGO POPULAR

Como es de esperar, cuestiones demográficas atentan contra el equiparamiento en cuanto a raigambre popular entre Banfield y Lanús.Es imposible pretender que a un barrio lo siga la misma gente que a un partido de 600.000 habitantes. En esto hay que destacar a los arquitectos y contructores del Estadio Florencio Sola. Conscientes de estas circunstancias destinaron apenas 25 escalones para la tribuna local, la platea anterior local poseía 15, aunque les resultaba cómoda porque nunca estaba llena.Hoy esta última fue demolida y reemplazado por una de mayor comodidad y capacidad, no porque la anterior les quedara chica, sino porque el vice presidente de la entidad es socio gerente de la empresa contructora de las nuevas gradas.Tanto Lanús como Los Andes han presentado concurrencias masivas en todos los estadios de la argentina. Lanus fue destinatario oportunamente de las 2 bandejas en la mítica Bombonera (tribuna donde fueron echados los simpatizantes del taladro por su escasa cantidad por la número 12), completó tribunas en los estadios de Racing, Velez, Ferro, River, San Lorenzo, y llenó vs Talleres de Córdoba el estadio Florencio Sola, hecho que el club local nunca pudo hacer.Es claro que Los Andes posee más hinchas que Banfield (nunca Defensa y Justicia podría tener más hinchas que Quilmes ni El Porvenir ni Talleres de Escalada que Lanús pero bien podría ser clásico de este último, si nos regimos por la liturgia barrial). Cuando militó en primera división vendió muchas más entradas que Bancién, perdón Banfield -ver registros a este respecto de AFA-.


VENTA DE ENTRADAS

ver registros históricos de AFA, LANUS SUPERA AMPLIAMENTE A BANFIELD. Los últimos 3 cotejos como local del certamen que lo tuvo como ganador LANUS fue alentado por más de 36.000 personas en cada partido. Pensemos que el Florencio Sola no alcanzaría a albergar tamaña cantidad de espectadores.


Fidelidad del hincha:


La de BANFIELD quedó plasmada en su último descenso a la 2 da categoría cuando como visitante de Lanús fue seguido por algo más de 200 personas, el resultado fue 0-1 gol de IBAGAZA.Esto contrasta escandalosamente con las 11.000 personas que acampañaron a Chicago una vez descendido a cancha de Independiente.Mal puede denominarse clásico del SUR cuando uno de los contendientes nunca pudo llenar la popular visitante -siempre se le otorgó un codo (similar al destinado a Argentinos Juniors, o Arsenal)-.


ASPECTOS DEPORTIVOS

LANUS 2 TITULOS 92 años de vida
BANFIELD 0 TITULOS 111 años de vida

Este sin duda es un aspecto de gran relevancia en la cual fundamos la pretendida baja del clásico del SUR en su formato actual.Uno de los títulos es Internacional y se obtuvo en carácter de visitante en tierras colombianas donde ningún equipo argentino pudo coronarse.El otro es del certamen local obteniendo 4 puntos de ventaja sobre el inmediato perseguidor y logrado en el estadio más difícil e importante del país, la cancha de Boca, con festejo incluído ante la atribulada parcialidad local.En la recta final del campeonato, donde suelen aflorar las defecciones de carácter (en este rubro no podemos evaluar a Banfield ya que nunca peleó por nada en Primera División, aunque no cabe soslayar su eliminación a manos de Los Andes en un octogonal por un ascenso a primera que a la postre consagrara el equipo denominado "mil rayitas", Lanús ganó 7 de los últimos 10 partidos. Además se consagró con el 80% del plantel, además del cuerpo técnico, formado en el club.Lanús ha sabido reponerse -sin ayuda política- de una virtual quiebra financiera que lo llevó a militar en la 3ra categoría del futbol argentino.


CANTIDAD DE SOCIOS

LANUS 27.000
BANFIELD NO HEMOS PODIDO TENER ACCESO A ESTA INFORMACION, LA ENTIDAD REFIERE QUE LA MISMA NO SE HALLABA INFORMATIZADA. ESTA OBRARÍA EN FORMATO PAPEL. POR COMENTARIOS DE GENTE ENTRONIZADA EN EL CLUB SABEMOS QUE TODO PAPEL OBRANTE EN LAS INSTALACIONES HA SIDO UTILIZADO EN ESTE ULTIMO SEMESTRE COMO PAÑO DE LAGRIMAS. DE TODAS FORMAS SABEMOS QUE LOS SOCIOS BANFILEÑOS SON MUCHOS MENOS.


PETITORIO

Por lo expuesto, solicitamos se nos tenga por presentados Y SE LE OTORGUE CURSO URGENTE DOTANDOLA DE LA CELERIDAD QUE CORRESPONDE A NUESTRA PETICION.SERA JUSTICIA

Campeón de ley

Gritalo fuerte, Granate, porque lo ganaste con las mejores armas. Qué sueño ni sueño, sos por primera vez en tu historia campeón del fútbol argentino. Sí, el campeón más sorpresivo, el campeón de las buenas intenciones, el campeón de los pibes, el campeón que juega fácil, el campeón de un señor conductor como Cabrero. Hay un lindo campeón, a no dudarlo.
Se sentían el humo y el ruido. Desde hacía rato, en realidad. La locomotora de la ilusión granate arribaba a la que podía ser la última estación de su recorrido. Lanús tenía todo para subirse a un tren que, a su paso, sólo dejaba gloria y partes de un sueño que cada vez tomaba más forma. El anfitrión, Boca. El escenario testigo, La Bombonera. Tarde de sol, divina para jugar al fútbol. En una polémica decisión de los dirigentes xeneizes, los hinchas visitantes disponían de apenas 2.860 entradas. Por eso, la gran mayoría se reunía en el estadio de Guidi y Arias, para verlo en una pantalla gigante. Le alcanzaba el empate al conjunto del Sur para consagrarse campeón por primera vez en su vida. En caso de perder, debía esperar que Tigre no le gane a Argentinos en La Paternal. Comenzaba una jornada que pretendía perpetuarse en la historia grande. Todavía quedaban vestigios de lo sucedido el 10 de diciembre de 2006. Aquel domingo, Lanús derrotó a Boca en esta misma cancha y le puso suspenso al campeonato que finalmente vio coronarse a Estudiantes. Existía la sed de revancha, sí, aunque las energías del local, ya sin chances en el Apertura, apuntaban de lleno al Mundial de Clubes de Japón. Esto se demostraba, por empezar, en los titulares: aparecían Krupoviesa, Vargas, Bertolo, Alvaro González y Bueno, entre los nombres que habitualmente no juegan desde el arranque. Los once de Ramón, mientras tanto, salían de memoria. Bossio, Graieb, Ribonetto, Hoyos, Velázquez, Blanco, Pelletieri, Fritzler, Valeri, Acosta y Sand querían calzarse la pilcha de héroes para siempre. Mucha pausa, estudio excesivo y lógica calma fueron los puntos que relucieron en el inicio. Conforme con el resultado parcial, que lo catapultaba sin escalas al éxito, el Granate planteó un partido inteligente. Esperaba en su campo, buscaba espacios para lastimar con la velocidad que imprime de tres cuartos hacia adelante y controlaba, sin pasar sobresaltos, los tibios intentos que provenían de la vereda de enfrente. Dentro de ese panorama, claramente marcado por la quietud, la primera chance de peligro llegó recién a los veintitrés minutos. Palermo peinó tras un largo pelotazo y Bueno apareció solo. Se perfiló para su zurda y hasta el arco pareció abrírsele. Sin embargo, la definición del uruguayo se fue desviadísima. A partir de ese momento, ambos se enchufaron y el trámite levantó en vibraciones. Algo que, dadas las circunstancias, no podía faltar. También creció Lanús. Fortificó su solidez defensiva, logró el equilibrio justo entre juego y combate, en el medio, e inquietó con la movilidad de sus delanteros. Así, fue acercándose lentamente al arco rival. Vargas cerró oportunamente en un avance de Acosta, Velázquez probó con un tiro libre que se fue por arriba y, a ocho del descanso, Acosta mandó un centro cerrado desde la derecha y Caranta la tocó. A la salida de ese tiro de esquina, el estruendo dejó paralizados los corazones de toda la familia granate. Porque Sand ganó en las alturas del área xeneize y clavó el 1-0 con un cabezazo inatajable. Delirio, griterío enloquecido, festejo enfervorizado. El goleador rompía el molde y desataba una fiesta en la cabecera visitante. Ni que hablar en el Sur. El título estaba más cerca que nunca. Boca quería ser algo más que el organizador de la celebración ajena. Y fue a buscar, al menos, el empate. Enseguida nomás, tuvo una oportunidad para lograrlo. Pero Bueno, lejos de hacerle honor a su apellido, volvió a dar muestras de cómo no hay que definir y cabeceó muy alto. Al ratito, Russo hizo dos cambios. Dátolo y Gracián entraron por Bertolo y Alvaro González. Aunque las noticias llegaban procedentes de La Paternal. A través de un penal, Argentinos vencía a Tigre. La palabra "campeón" cada vez le iba mejor al equipo de Cabrero, que era feliz con ver girar hasta el hartazgo las agujas de un reloj que ya había aceptado rendirse ante la realidad. Después de un cierre providencial de Paletta frente a Valeri, Bueno dispuso de la última. Y como toda la tarde, perdió. Esta vez, Bossio adivinó su intención de tocar la pelota por arriba y controló sin problemas. Fue la última porque lo reemplazó Boselli. Y el recién ingresado, en dos minutos, hizo más que el uruguayo en más de una hora. Aguantó tras un toque de Palermo, de cabeza, y le devolvió la bola al goleador, que resolvió de zurda ante Bossio y regresó la paridad a los números: 1-1. El empate les caía bien a los dos. Llegó la expulsión de Vargas por un patadón a Acosta, las variantes de Cabrero -Benítez, Salomón y Sigali por Velázquez, Salomón y Acosta, respectivamente- y una espera que los hinchas vivían con ansiedad desbordante. Caranta tapó a Sand y atoró a Blanco, en dos ocasiones que bien pudieron haberse convertido en la victoria de este brillante Granate. Por un momento, los cuatro minutos que adicionó Pezzotta dieron sensación de eternidad. El tiempo no pasaba. El instante de gloria y desahogo, merecido después de tanta tensión acumulada, se dilataba. Los segundos parecían durar horas. Lanús veía correr cada una de las imágenes de su historia en un sueño que se extendía por demás. Pero el pitazo final del árbitro sonó y se escuchó. En La Bombonera. En Guidi y Arias. Y en cada rincón del planeta donde hubo un hincha del Grana. La emoción regó el domingo de lágrimas. La locura de la vuelta olímpica fue el último intento de la naturaleza por despertar a este gigante plantel de Cabrero. Aquella derrota del debut ante Independiente, a principios de agosto, resultaba tan lejana como el 3 de enero de 1915, día de su fundación. Las palabras sobran. Lanús está en la cumbre del fútbol argentino. Lo que queda es aplaudir.

"Porque este año, de Lanús Este..."




Así se despidieron, bandera en mano, desde la tercera bandeja de la Bombonera, más de 3.000 granates. Unos cuantos más, callados, se infiltraron entre Xeneizes...






Ya no huele a orina en esa escalera hedionda. Todo es Chanel número 5 en la bajada más triunfal de la historia granate. En la catarsis más gloriosa de todos los tiempos. Cuando cantar y llorar se confundían, apiñadas, en cada metro cuadrado, allá arriba. Ya no había palabras que guardar debajo del velo de la mufa. Campeón, término complejo y exclusivo si los hay, salía fácil después de casi 93 años de práctica.Desde el tercer anillo de la Bombonera se lograba contemplar bien chiquito ese logro enorme. Pezzotta se apiadó de ese montón de corazones sangrantes, morados, granates, le pidió la bocha a Bossio, evitó un lentísimo saque de abajo en el cuarto minuto de descuento y, a las 19.11 del domingo 2 de diciembre de 2007, ahora de manera oficial, sin fantasmas, con envidiosos enterrándose un par de estaciones más al Sur, le daba definitivamente el OK a ese himno de barrio, contenido, tan esperado como estas Navidades que se acaban de adelantar por Ramón & Cía."Sí, sí, señores/ yo soy Granate/ sí, sí, señores, de corazón/ porque este año, de Lanús Este, de Lanús Este/ salió el nuevo campeón...", retumbaba en los laberínticos pasillos boquenses. Sí, desde la tercera bandeja al mundo. Y, como quien no quiere la cosa, un poco más allá también...El Grana rompió mitos, quebró fronteras. Y no sólo por los miles de fanáticos que se clavaron virtualmente, vía Internet, vía satélite, en Brandsen 805. Mucho más cerquita. Los hinchas lograron lo que el Prosef porteño negó. Meterse en La Boca, de cualquier modo, para ser testigos de un sueño. Y todo valía por Lanús. Sobre la última tira de la popu que da al Riachuelo, los pibes se soltaron de a poquito. ¿2.860 tickets vendidos? Je. Esa tribuna explotaba. También sus adyacencias... Tempranito, tipo 10, de kerusa, unos cuantos se dieron una vueltita por Casa Amarilla para comprar plateas de 60 mangos a 250. ¿Populares? Más barato, 14 pesitos, más riesgos también. Pero... A nadie le importaba nada. Los pibes de la Reserva se paseaban del palco de prensa a la tribuna. Los plateístas a la fuerza esquivaban policías, superaban la reja y cambiaban su silencio por un grito desaforado. Un show de obligadas restricciones que, al final, dejó de lado al careteo. Nadie se quiere ir en plena entrega de medallas. Todos quieren fotografiarse con la Copa. Dar la vuelta. Hasta que salta la ficha y la cita se traslada hacia Guidi y Arias. Se van todos. Por esa vieja escalera que huele a Chanel. Bah, casi todos. A lo lejos, entre Xeneizes que refunfuñan, un padre llora como loco junto a su hijo. Ya no tenía anteojos de sol. No hacían falta.

Aquella noche que te conocí


La historia de un romance con la más linda de todas, la granate. El grito de una ciudad vestida para ser feliz...


Era de plástico. Rústica. Costosa de flamear. Pero la primera, creo. Me vistieron, me embanderaron para la foto, sin escapatoria. Año 76, de otra vuelta a Primera. Llegó después la de tela, con el más hermoso de los escudos que haya visto. Ese que mi primo me dibujó en el guardapolvos, gigante, para lucir en Córdoba, en el viaje de egresados. Flameaba más suave. Me la compraron mis viejos, en un puestito callejero frente a la Sede, en la previa a los festejos contra Comu. Fue ayer. Dejábamos la C. En el 81. Anoche me acosté con ellas. Anoche fue noche de recuerdos. Nos reencontramos en la esquina del sueño de todos. En Guidi y Arias, la de casa. No fui solo. Toda la ciudad me envalentonó después de la épica vuelta en la mítica y caliente Bombonera. Hacía mucho que te había declarado todo lo que por vos sentía. Te lo canté. Sentimiento de barrio, sincero, de luz tenue, sufrido como pocos. De Roca, de 9 de Julio. Y me perdí como un Romeo suburbano por cada uno de los rincones del Ascenso. Del Interior. De Sudamérica. Fui con mi camiseta de piqué, me senté en el escolar, en esas combis con aromas jamaiquinos, en un avión. Y volví a arrancar. Todo por vos. Por tenerte de nuevo. Si lo supieras...Eramos pocos aunque estábamos todos. Y entre tanta lágrima suelta, no sé si me animé a decirte que había vuelto. Con los chicos. Con los grandes. Yo sabía. Era ahora o nunca. No se nos podía escapar. Mi mamá había cambiado las sábanas a la mañana. Era fija. Y El Viejo Lobo de Mar me lo anunciaba desde aquel desgastado cassette con los goles a Riestra. El recorrido se hizo eterno. Pasé por la Primaria, en Escalada. Unico del palo entre tanto pingüino vecino. Los cargo. Me cargan. Les dejo mi folklórico respeto. Toco y me voy. Como estos pibes, vamos los pibes, de Ramón. En mi despedida, muy en el fondo de mi corazón (bien atrás), quiero que, a ellos, también se les dé. Para que sepan cómo se siente. Conocen bien la dureza del sábado. Mataderos, Casanova, Campana, los gases contra Racing de la mano de mi abuelo, las batallas con Talleres, El Porve, Los Andes. Raro ver cascotes más grandes. Imposible no seguirte a todas partes. O exigirle a mi papá que faltase al colegio para que me llevase a verte en una derrota segura. Pero había que estar. Como fuese. Recorriendo el país con el Nacional B. O América, con la bendita y envidiada Conmebol. ¿Dónde habré dejado el pasaporte? Por vos me perdí bautismos, casamientos, cumpleaños, curvas... Por eso gané tanto tablón y balas de goma. Por eso, por su cercanía, gocé tanto el Piedrabuena, Secundario ultragranate. Por eso enloquecí. Y sin dejar los libros, eh. Por algo acomodaba las materias de la facu para no privarme de tu pasión. Por eso, me llevaba los apuntes a la cancha, porque entre el viaje y el entretiempo, un repasito un día antes del parcial se bancaba... ¿O acaso no cortaba mis vacaciones para aplaudirte, con los suplentes, en Necochea por la Copa Libertad? ¿O acaso no me enfermaba para verte ganar otro clásico, amistoso, en Tandil, sólo por el honor? ¿O acaso, desde Europa, en plena madrugada, no dejaba euros en los teléfonos públicos para saber si habíamos zafado del descenso? Como si no me hubiese ido al Vaticano, con tus colores adheridos a mi piel, para rogarle a Dios que, cuando pudiese...Estás igual, eh. Con tus casi 93 añitos y todo. Lo sabés. Tu casaca granate me fascina. Hasta Diego la defiende. Aunque ya quedaste en cueros y pasaste por varios brazos. Pero me miraste fijo. Y me desataste el alma angustiada. Y te besé. Y te dije gracias. Gracias por hacerme arrancar de la lengua esa palabra contenida, por hacerme campeón. Por volver a dormir abrazado a mis banderas, a ese escudo maravilloso, a los recuerdos que vendrán. Por hacer feliz a toda una ciudad. Y gracias por demostrarle al fútbol, con el pecho bien caliente y sudado, con orgullosa identidad, con la bocha contra el piso, el cuore en la boca y tanta lágrima derramada, quién es el único y verdadero Capo del Sur.


OLE: Decí campeón


Ni 70 ni 30: todo del Grana, que dio la vuelta en la Bombonera, hito para un pueblo que terminó pipón pipón gracias a un equipo histórico.
El treintañero baja al trote, con el "porque este año de Lanús Este, de Lanús Este, salió el nuevo campeón" escurriéndosele por las comisuras. Las lágrimas lo tienen acorralado. Y lo vencen una vez dentro del vestuario, zona liberada, al fin, para descargar tanta pasión contenida en platea extranjera. Privilegiado "amigo de", testigo ocular del frenesí VIP. La utopía perseguida durante casi 93 años al fin se hace añicos y los verdugos de la quimera piden "un minuto de silencio, para Banfield que está muerto". Y ea ea ea ea, ea ea ea é, sí. Al ritmo del bombo manipulado por Flores, y el redoblante de Mauricio Romero, vástago del club, hincha "y aparte amigo de varios de los chicos", de los más esfervecentes. Ojo, ni compite con Blanco, envidia de varios, que mira y toca, y vaya que si lo hace porque no la suelta en ningún momento a la Copa Cablevisión. A Benítez y su peluca multicolor no le importa. Está compenetrado en agitar y dejarse agitar. Porque hay motivos para el zamarreo. Lanús es el campéon, el campeón del pueblo, granate y de otros colores, porque también es el campeón simpático, y un campeón que encima juega lindo. Un hito que justifica el vaho y, por ende, la incansable repetición de bocanadas y pieles pegajosas. Como la da Cabrero, más sudado que cuando al principio del torneo su Grana apenas tenía un punto de nueve. "Mírenme, muchachos, no puedo hablar, no puedo más", implora superado por la emoción, pero cede ante la insistencia de la decena de periodistas (muchos paracaidistas) in situ, que tratan de conseguir testimonios trillados pero para la historia al fin, pese al "cantemos todo que Lanús está de fiesta, cantemos todos que Lanús es carnaval, cantemos todo que La Boca está luto" y ya sabemos cómo sigue la dedicatoria a quienes no cedieron una segunda bandeja y a quienes se empacaron en boicotear la fiesta a la europea en la hierba.Llamativo el look de Bossio: torso al aire, pantalón largo, medias y ojotas. Y el trofeo descansando entre sus brazos mientras enfila a ese micro que se menea y ruge avisando que "ya se acerca Nochebuena, ya se acerca Navidad, para todos los de Banfield, el regalo de papá". Valeri, en tanto, todavía sigue perdido entre la bruma de vestuario (y eso que nadie abrió una ducha) contando que "esto se disfruta el triple, porque acá jugás con el amigo de Inferiores". Y se nota. En Arias y Guidi, mientras, 40.000 almas extasiadas aguardan la llegada del equipo de los milagros. La Fortaleza está más custodiada que nunca, luce repleta. La voz del estadio insiste (sin éxito) en pedirle "a los hinchas que están en el campo que vuelvan a las tribunas". Resignada, acude al apoyo ¡de la popular! Igual, no hay caso. Los héroes, ansiosos, ya no aguardan y saltan 21.16 a abrazarse a esa multitud. Pero el caos se entromete rápidamente, Ramón termina cabrero con los groupies que intentan desvalijarlo de atuendos, y raja con el estruendoso oy, oy, oy, oy de fondo. Biglieri casi termina a los bifes por un contexto similar. Así pues, la fiesta dura unos efímeros diez minutos. El jueves, a las 20, habrá revancha más organizada. Aunque 2 de diciembre de 2007 habrá uno solo. Porque en la Bombonera, ni 70 ni 30: 100% Lanús. Pipón pipón...

Lanús tuvo su merecido festejo


En el estadio de Arias y Guidi, ante la mirada de veinte mil fanáticos, los integrantes del plantel campeón del Apertura 2007 disputaron un partido con viejas glorias y pudieron dar, por fin, la vuelta olímpica postergada desde el domingo. Hubo show de La Mosca y hasta Cabrero hizo un gol de penal


Por fin Lanús pudo dar su vuelta olímpica. Tras los dos intentos frustrados, uno en cancha de Boca y otro en el mismísimo estadio granate, los jugadores tuvieron su fiesta, donde no faltaron momentos para la emoción, la risa y el recuerdo. El plantel actual disputó un encuentro con viejas glorias y hasta Cabrero hizo un gol de penal. Hubo entrega de medallas y reconocimientos.Realmente no faltó nadie. Veinte mil fanáticos pusieron el color y los protagonistas que le dieron el primer título de la historia al club del Sur salieron a la cancha para agasajar a todos y vivir así, la fiesta inolvidable, la fiesta del Campeón. A ellos se les sumaron viejas glorias, como el uruguayo Gilmar Villagrán o Héctor Enrique. Aunque tampoco tuvieron el tupé de faltar Oscar Ruggeri, Daniel Cravero, el Tero Di Carlo y Gabriel Schurrer, entre tantos otros.La música corrió por cuenta del grupo La Mosca, aunque cada una de las almas que poblaron las tribunas también entregaron un repertorio espectacular. Ovacionaron a cada uno de los jugadores del actual plantel y se acordaron, como no, de Banfield, el rival de siempre. Obvio, no faltó el habitual "Oy oy oy oy, es el equipo de Ramón".El partido fue una mera excusa para decorar la fiesta. Carlos Bossio y Walter Ribonetto se olvidaron por un rato que su labor es defender el arco propio y se fueron a jugar de delanteros. José Sand, lo contrario. Por un rato dejó los goles de lado y se plantó en la defensa, intentando parar los ataques del Tero Di Carlo o Daniel Tilger, presentes en la fiesta. Tampoco estuvo en su rol habitual Agustín Pelletieri, de buena labor bajo los tres palos, pero mucho menos, Ramón Cabrero. El DT se puso la camiseta y tras el pedido de los hinchas, convirtió, con clase, un penal para adornar una noche para el recuerdo.Por último, llegó el momento del reconocimiento. La vuelta olímpica se hizo realidad y todos los integrantes de plantel y cuerpo técnico terminaron boca abajo, mirando a la popular repleta de hinchas. Las medallas no faltaron y las lágrimas tampoco. No es para menos. Lanús festejó y con mucha razón. ¡Felicitaciones campeón!

También en España, los hinchas de Lanús se ilusionan con la vuelta olímpica


Juntarse a ver al equipo de Cabrero forma parte de una religión para los integrantes de la peña Granate de Barcelona. En un bar cultural palpitan el desenlace del Torneo Apertura y sueñan con el campeonato. "Para los de Lanús, la pizza y la cerveza va a cuenta de la casa", afirma Lucas, uno de los dueños. Mañana, los del Sur pueden consagrarse.


"Queremos sembrar en todo el mundo la pasión que tenemos por Lanús", cuenta Luca Pena, un argentino de 30 años que trabajó como administrativo en el club de sus amores. Se fue de Argentina hace cinco años con un sueño bajo el brazo. Un sueño que pudo concretar con la ayuda de su amigo, Esteban Barbaria, otro fanático del equipo de Ramón Cabrero. El 3 de mayo de 2005 fundaron juntos la peña Granate en Barcelona. Cosas del destino, los dos manejan un bar en un Centro Cultural. Y ese es el punto de encuentro de decenas de simpatizantes que están palpitando la excelente campaña del líder del Apertura. El último domingo decenas de hinchas se hicieron presente en el bar Ateneu que está en Sant Feliu, a diez minutos de Barcelona, para presenciar el choque frente a Argentinos. "La cerveza y la pizza fue invitación de la casa. No le puedo cobrar a un tipo que viene a ver a Lanús", señala Lucas, el encargado de la cocina del lugar. Enseguida aclara: "Al resto les cobro hasta los escarbadientes". "Vivímos una fiesta. Una noche a pura emoción", agrega Esteban, el presidente de la peña. Claro. Tiene sus motivos. "En el entretiempo se hizo una Asamblea y se decidió enviar a Esteban al país, para que pueda ir a la cancha a ver los dos últimos encuentros", explica Lucas. Entonces se le entregó el pasaje, en forma sorpresiva. ¿Cómo juntaron el dinero? Cada hincha de Lanús puso su granito de arena, y algo más. Tato, por ejemplo, representa al Imperio, un restaurant, en un campeonato de fútbol. Se le ocurrió comprar una pelota y la rifó entre sus compañeros. Alex e Iván también se sumaron a esta movida. Pusieron a la venta un jamón crudo y el dinero fue destinado para el viaje. "Hay que enviar a Esteban a vivir el momento de la proclamación", era el lema en http://www.objetivogranate.blogspot.com/. Lo concreto es que el presidente de la peña estará mañana en el Sur. "Esto es un flash, todavía no lo puedo creer. Lo único que sé es que en la cancha voy a buscar gente, conocidos", dice Esteban, hijo de Roberto, quien llegó a ser tesorero del Club. El bar, mientras tanto, quedará en manos de Lucas. Un bar cultural donde se exponen pinturas y se realizan talleres literarios. Todo cambia cuando juegan Lanús o Barcelona. "Esto se transforma en un estadio", compara Lucas. Los banderines, las camisetas enmarcadas, y los pósters completan la escenografía del lugar. También está la ensalada futbolera, para los amantes de Lanús. Se llama Guidi, en homenaje al ídolo de la historia granate. "Es muy completa. Tiene pasta fría, champignones, olivas, maíz, zanahoria y tomate cherry. Está bárbara", dice Lucas. ¿Qué pasa si Lanús consigue su primer título en Primera? "Se viene el postre Granate que, inevitablemente, estará acompañado por una copa de champagne", asegura Esteban. "Estamos viviendo un sueño. Todo se vive con mucha alegría acá en España. Tenemos socios en Madrid, en Sevilla, es una locura", dice Lucas. Mañana cuando el equipo de Cabrero salga a la cancha para enfrentar a Gimnasia (LP), Esteban estará en la popular, concretando un sueño. A 14 mil kilómetros de distancia, en Barcelona, Lucas palpitará el partido desde el bar, el que es uno de los centros donde los hinchas de Lanús depositan su ilusión.

Clarin: La vida vuelta granate



Laten, esos jugadores de Lanús por un corazón que parece salir en cada grito. Se cantan canciones del alma, se entona un himno genuino de la pelota. Estos chicos del barrio, de esa esquina de Guidi y Arias jamás soñaron que iban a alquilar el salón vip, ese templo del fútbol argentino, para disfrutar la merecida fiesta. Unica, tal vez irrepetible. Diego Valeri sale del campo de juego bajo ese Dieeego/ Dieeego tan repetido en estos pagos. Ese es, quizás, el comienzo de una fantasía que se hace realidad. Porque los abrazos en el banco de los suplentes dan inicio a la emoción contenida. El viejo, ese entrenador maestro de primaria en la escuela de inferiores los contiene, hasta ese pitazo final que despide adrenalina. Entonces, Carlos Bossio, su capitán, corre a la nada, cruza a futbolistas que sólo observan de cerca en esa visibilidad reducida por la neblina granate. Lo demás, es una escenografía de La Boca. Y un equipo que arma su ronda olímpica —no llega a ser vuelta, por esa agresión ante estos jugadores que regalan fútbol— para su tarde inolvidable. Van hasta la mitad, son rigurosamente equilibrados del peligro y tampoco pretenden provocar a esa sociedad que esta vez —diferente a la final ante Estudiantes en Vélez, del año pasado— no admite alegrías ajenas en casa propia. De todos modos, las botellitas que parten de la platea no empañan el entusiasmo.La copa del Apertura llega al escenario, mientras ingresan esos jugadores que también son parte del plantel, que abundan en ese semillero. Porque desde las escaleras del estadio, hasta a Walter Coyette —otro de los 90— se le llenan los ojos de lágrimas. Se ponen camisetas blancas con el 07 en las espaldas, el año que quedará marcado a fuego en la piel. Salen por la manga en la carrera loca hasta donde los protagonistas organizan lo que se puede definir como el vals colectivo. Todos de la mano, dan vueltas antes de subir a colgarse las medallas. De fondo, la Bombonera propone música en los altoparlantes como para distorsionar una gala que bien puede recibir la admiración. Sin embargo, los jugadores poco entienden, todavía le queda tiempo para ensayar el famoso avión instalado en esta misma cancha por Carlos Bianchi. Al piso, a ese trofeo lo tocan de uno a la vez. Lo miran, le hablan, se enamoran, antes de esa caminata hacia el vestuario para que sea en privado donde se desate la gloria eterna. Mauricio Romero, uno de los grandes valores surgidos de la cantera y que ahora juega en México, llega con el redoblante para poner la música que todos quieren escuchar. A su lado, Agustín Pelletieri hace vibrar las paredes con el bombo. Sebastián Blanco levanta la copa, Santiago Hoyos y Nelson Benítez lloran. Rodolfo Graieb se sube a la improvisada tribuna popular que delira por este plantel. Cabrero, ese nombre que le da entidad al equipo desde el hit incorporada —"es el equipo de Ramón"—, se suelta, se pone en cueros, está empapado, lanza espuma artificial, es un chico más en medio de esos nenes a los que alguna vez les tomó su primera prueba futbolística. Nadie queda seco en esa intimidad, el agua cae de los costados, el champagne simula el final de este Fórmula 1, los papelitos son parte de ese cotillón interminable. Se escucha desde las afueras de la cancha el sonido estéreo del campeón, no tienen fecha de vencimiento esos gritos emotivos, propios del bautismo del fútbol. A las puertas del cielo.José Sand, el hombre del gol del campeonato, el artillero de las redes, el Pepe que llegó con un puñado de goles en el bolsito desde Santa Fe, es uno de los más alentados, de los elegidos. Chiquito ese cuestionado arquero por buena parte de los hinchas es ahora tan grande como el obelisco. Entonces, cómo no entender esa admiración de estos juveniles. ¿Quién dijo que los chicos no ganan campeonatos? ¿Quién es capaz de bloquear esas ilusiones del barrio, la pelota, y tirar una pared con el cordón de la calle? Si estos futbolistas responden a esa intención simple, al juego lúdico del balón, y se dan el gusto de ir al mítico estadio de Buenos Aires a dar su vuelta olímpica. A llorar, a reír, a mirarse sin ver, a caminar sin tocar el suelo. En el aire, son las 19. 25, ahí van, en andas por la Bombonera. Se sube Lautaro Acosta, se suma Santiago Biglieri. No tiemblan. Laten esos corazones.

Cuando la euforia se llevó el festejo a casa


Su gente, el barrio, sus jugadores. Lanús. Su fiesta, la casa. Ese estadio repleto de hinchas que espera por estos jugadores que le acaban de dar esa alegría de las que nunca se olvidan. Llega el plantel a la cancha y a esa altura todo un mundo granate se mueve de acá para allá. Es ahí cuando con Ramón Cabrero y Lautaro Acosta a la cabeza se intenta salir al campo de juego para dar, definitivamente, la vuelta olímpica sin peajes. Pero, apenas dan unos pasos, un grupo de fanáticos se lanza arriba del techo de la manga, interrumpe la estrategia del grupo y en el tumulto al entrenador le roban una pulsera. De todas maneras, y al margen del episodio oscuro en este cielo despejado, al técnico no le cambia su estado de ánimo. "El campeonato lo paga todo", dice, como para distender la situación, mientras se saca fotos, posa, habla. Un mundo lo conoce de la pizzería de la esquina, otro de la escuela, otro de la calle tal. Cabrero es un símbolo histórico.Maximiliano Velázquez se asoma y de inmediato recibe disculpas inesperadas para el momento. "Te insulté, yo te insulté en algunos partidos. Entonces te quiero pedir perdón", se sincera un simpatizante. La escena se repite con Carlos Bossio, con un aplauso que dice más que las palabras. Malingas Jiménez, el campeón de la temporada (lo fue también con San Lorenzo en junio) disfruta el presente. Ese "vamos, vamos los pibes" es la canción que más suena en las bocas unidas, en esas caras pintadas que sólo las lágrimas, interminables, pueden borrar un poco. Otra vez adentro del vestuario, todo ese suceso de la Bombonera se repite, es un rito, y no cambia. Se dobla la apuesta con pomos de espuma en este carnaval anticipado. A nadie le interesa qué tan mojado se pueda ir a casa para mirar cada detalle por televisión y saber que es cierto, que no es ficción.Todos quieren rendir un homenaje merecido a los campeones. Se habla de un partido para el jueves donde todo el barrio promete estar para tirar la casa por la ventana. Cabrero sigue, su remera está totalmente manchada con ese color granate. Los celulares sacan una, dos, mil fotos. Nadie quiere quedarse afuera de este día inolvidable. Su gente, el barrio, sus jugadores. Lanús.

Clarin El título de Lanús dio la vuelta al mundo


Los principales diarios del mundo reflejaron hoy la gran conquista del flamante campeón Lanús, que ayer empató 1-1 con Boca en La Bombonera y se dio el gusto de consagrarse por primera vez en su historia.El diario Mundo Deportivo, de España, destaca que "este campeón es el resultado de años de trabajo bien hecho, de la conjunción perfecta de jugadores, cuerpo técnico y dirigencia".Por su parte, Marca expresa que Lanús "se proclamó campeón del torneo Apertura 2007 del fútbol argentino, título que logra por primera vez" y precisa que "al equipo dirigido por el español Ramón Cabrero (ex jugador del Atlético de Madrid) le alcanzaba un punto en este último partido con Boca para alcanzar la gloria y lo consiguió (1-1)".En tanto, Sport titula: "Lanús se estrena como campeón" y recuerda que "el Apertura es su primer título nacional, aunque Lanús ya lucía una Copa Conmebol, de la época que lo dirigía Héctor Cúper y jugaba Ariel Ibagaza, actualmente en el Mallorca".En Italia, el periódico La Gazzetta dello Sport le dedica un espacio en su tapa al equipo granate mientras que en su nota menciona la simpatía de Diego Maradona, "nacido en el Policlínico Evita, de esa comuna de la provincia de Buenos Aires". El diario italiano también resalta el gol de cabeza convertido por José Sand, "para el festejo de unos 3.000 tifosi presentes en La Bombonera".El Mercurio, de Chile, comenta que "un humilde club de la periferia del sur bonaerense hizo caso omiso a la presión de jugar un partido clave en La Bombonera y le sacó pecho a un Boca en crisis, decidido a ponerle el broche a una campaña sin tropiezos".En México también se habla sobre el Granate. El diario deportivo Ovaciones hace referencia al empate 1-1 contra Boca y destaca el tanto convertido por el correntino José Sand, en el primer tiempo.Según el diario El País de Montevideo, Lanús es un "campeón histórico" y resalta que es su primer título local "en 92 años de vida".

Clarin: Lanús se dio el gusto de su vida, es campeón por primera vez en su historia




Empató 1 a 1 con Boca en La Bombonera, donde Sand y Palermo anotaron los goles. Así le sacó cuatro puntos a su escolta Tigre. ¿La clave de la campaña? Un equipo joven, de muy buenos jugadores, más un técnico como Cabrero que desde el vamos bajó el mensaje de jugar bien al fútbol.
Por: Andrés Cao
Se sentían el humo y el ruido. Desde hacía rato, en realidad. La locomotora de la ilusión granate arribaba a la que podía ser la última estación de su recorrido. Lanús tenía todo para subirse a un tren que, a su paso, sólo dejaba gloria y partes de un sueño que cada vez tomaba más forma. El anfitrión, Boca. El escenario testigo, La Bombonera. Tarde de sol, divina para jugar al fútbol. En una polémica decisión de los dirigentes xeneizes, los hinchas visitantes disponían de apenas 2.860 entradas. Por eso, la gran mayoría se reunía en el estadio de Guidi y Arias, para verlo en una pantalla gigante. Le alcanzaba el empate al conjunto del Sur para consagrarse campeón por primera vez en su vida. En caso de perder, debía esperar que Tigre no le gane a Argentinos en La Paternal. Comenzaba una jornada que pretendía perpetuarse en la historia grande. Todavía quedaban vestigios de lo sucedido el 10 de diciembre de 2006. Aquel domingo, Lanús derrotó a Boca en esta misma cancha y le puso suspenso al campeonato que finalmente vio coronarse a Estudiantes. Existía la sed de revancha, sí, aunque las energías del local, ya sin chances en el Apertura, apuntaban de lleno al Mundial de Clubes de Japón. Esto se demostraba, por empezar, en los titulares: aparecían Krupoviesa, Vargas, Bertolo, Alvaro González y Bueno, entre los nombres que habitualmente no juegan desde el arranque. Los once de Ramón, mientras tanto, salían de memoria. Bossio, Graieb, Ribonetto, Hoyos, Velázquez, Blanco, Pelletieri, Fritzler, Valeri, Acosta y Sand querían calzarse la pilcha de héroes para siempre. Mucha pausa, estudio excesivo y lógica calma fueron los puntos que relucieron en el inicio. Conforme con el resultado parcial, que lo catapultaba sin escalas al éxito, el Granate planteó un partido inteligente. Esperaba en su campo, buscaba espacios para lastimar con la velocidad que imprime de tres cuartos hacia adelante y controlaba, sin pasar sobresaltos, los tibios intentos que provenían de la vereda de enfrente. Dentro de ese panorama, claramente marcado por la quietud, la primera chance de peligro llegó recién a los veintitrés minutos. Palermo peinó tras un largo pelotazo y Bueno apareció solo. Se perfiló para su zurda y hasta el arco pareció abrírsele. Sin embargo, la definición del uruguayo se fue desviadísima. A partir de ese momento, ambos se enchufaron y el trámite levantó en vibraciones. Algo que, dadas las circunstancias, no podía faltar. También creció Lanús. Fortificó su solidez defensiva, logró el equilibrio justo entre juego y combate, en el medio, e inquietó con la movilidad de sus delanteros. Así, fue acercándose lentamente al arco rival. Vargas cerró oportunamente en un avance de Acosta, Velázquez probó con un tiro libre que se fue por arriba y, a ocho del descanso, Acosta mandó un centro cerrado desde la derecha y Caranta la tocó. A la salida de ese tiro de esquina, el estruendo dejó paralizados los corazones de toda la familia granate. Porque Sand ganó en las alturas del área xeneize y clavó el 1-0 con un cabezazo inatajable. Delirio, griterío enloquecido, festejo enfervorizado. El goleador rompía el molde y desataba una fiesta en la cabecera visitante. Ni que hablar en el Sur. El título estaba más cerca que nunca. Boca quería ser algo más que el organizador de la celebración ajena. Y fue a buscar, al menos, el empate. Enseguida nomás, tuvo una oportunidad para lograrlo. Pero Bueno, lejos de hacerle honor a su apellido, volvió a dar muestras de cómo no hay que definir y cabeceó muy alto. Al ratito, Russo hizo dos cambios. Dátolo y Gracián entraron por Bertolo y Alvaro González. Aunque las noticias llegaban procedentes de La Paternal. A través de un penal, Argentinos vencía a Tigre. La palabra "campeón" cada vez le iba mejor al equipo de Cabrero, que era feliz con ver girar hasta el hartazgo las agujas de un reloj que ya había aceptado rendirse ante la realidad. Después de un cierre providencial de Paletta frente a Valeri, Bueno dispuso de la última. Y como toda la tarde, perdió. Esta vez, Bossio adivinó su intención de tocar la pelota por arriba y controló sin problemas. Fue la última porque lo reemplazó Boselli. Y el recién ingresado, en dos minutos, hizo más que el uruguayo en más de una hora. Aguantó tras un toque de Palermo, de cabeza, y le devolvió la bola al goleador, que resolvió de zurda ante Bossio y regresó la paridad a los números: 1-1. El empate les caía bien a los dos. Llegó la expulsión de Vargas por un patadón a Acosta, las variantes de Cabrero -Benítez, Salomón y Sigali por Velázquez, Salomón y Acosta, respectivamente- y una espera que los hinchas vivían con ansiedad desbordante. Caranta tapó a Sand y atoró a Blanco, en dos ocasiones que bien pudieron haberse convertido en la victoria de este brillante Granate. Por un momento, los cuatro minutos que adicionó Pezzotta dieron sensación de eternidad. El tiempo no pasaba. El instante de gloria y desahogo, merecido después de tanta tensión acumulada, se dilataba. Los segundos parecían durar horas. Lanús veía correr cada una de las imágenes de su historia en un sueño que se extendía por demás. Pero el pitazo final del árbitro sonó y se escuchó. En La Bombonera. En Guidi y Arias. Y en cada rincón del planeta donde hubo un hincha del Grana. La emoción regó el domingo de lágrimas. La locura de la vuelta olímpica fue el último intento de la naturaleza por despertar a este gigante plantel de Cabrero. Aquella derrota del debut ante Independiente, a principios de agosto, resultaba tan lejana como el 3 de enero de 1915, día de su fundación. Las palabras sobran. Lanús está en la cumbre del fútbol argentino. Lo que queda es aplaudir.


Clarin: Lanús, un justo campeón


La decimoctava fecha fue la de la consagración. La que cumplió un sueño y apagó otro. La que confirmó que los trabajos a largo plazo sirven y mucho en el fútbol argentino. Fue la que anunció que en el Sur del Gran Buenos Aires está el nuevo campeón y la que todo hincha de Lanús siempre imaginó. Sí, porque el equipo de Ramón Cabrero empató 1-1 en La Bombonera ante Boca y conquistó su primer título local de sus 92 años y pico de historia. Un premio más que justo para una institución que hizo bien las cosas dentro y fuera de la cancha.Hoy le alcanzaba con sacar aunque sea un punto en La Boca o con esperar que Tigre no se llevara las tres unidades de La Paternal. Y como si lo hubiese pedido, consiguió ambas. Empató en La Bombonera, donde se puso en ventaja gracias a un cabezazo de José Sand y nunca sufrió, gracias a que Argentinos dejó nocaut a Tigre desde el comienzo. Luego, empató Martín Palermo, pero poco importó. Como el Matador perdió en La Paternal, Lanús se consagró campeón del Apertura, con suma justicia.El conjunto de Cabrero transformó en resultados lo que realmente fue durante el último semestre: el gran equipo del torneo. Por juego y porque tuvo a los mejores. Sand metiendo goles. Valeri aportando mucho fútbol y sacrificio. Pelletieri convertido en un caudillo y toda la experiencia de Ribonetto, Graieb y Bossio en el fondo. Figuras en un equipo que no desentonó y supo reponerse de un muy mal comienzo, en el que sumó apenas un punto de nueve.El que quedó muy cerca de meterse en la historia grande fue Tigre. Otro que apostó a un trabajo a largo plazo y que tuvo sus frutos. Llegó a la última fecha con chances, pero sucumbió en La Paternal, donde no pudo cerrar su regreso a Primera con un título en el bolsillo. Igualmente, más allá de la derrota de hoy, se transformó en uno de los mejores, en épocas en que los grandes ya no parecen ser tan grandes dentro de la cancha.Justamente, otra vez en este torneo, los cinco grandes pasaron sin pena ni gloria durante una fecha. Empataron Boca e Independiente, los dos mejores del semestre (si de grandes se habla) y perdieron Racing, River y San Lorenzo, dos de ellos sumergidos en una profunda crisis. La Academia fue goleada por Huracán, el Millo por Olimpo y el Cuervo cayó por la mínima ante Banfield, que hizo un buen torneo a pesar de que tenga que soportar el dolor de que su clásico rival esté, por estas horas, de fiesta.Del resto, Newell's se llevó un gran triunfo de Jujuy, el Pincha ganó en Santa Fe y Central volvió a la victoria ante San Martín de San Juan, en el debut de Madelón como DT. Arsenal, que el miércoles irá por la Copa Sudamericana, postergó ante Gimnasia de La Plata. Todavía queda una fecha, pero pareciera ser sólo para completar el calendario.