
Muchachos: Ustedes quizás no me conozcan de nombre, pero yo los conozco a casi todos, sobre todo a los integrantes de la vieja Perrera y a la gente del Norland... Mi nombre es Nicolás Carpinetti y soy granate hasta los huevos. Estas líneas fueron escritas por mi luego del campeonato logrado por Lanus y me gustaria compartirlas con la gente... Es por ello que se las envío. Solo quisiera pedirles que no la modifiquen ni le cambien ningun nombre... ya que es un homenaje a mi abuelo. A todos los granates, esta historia le va a resultar conocida y atrapante... Además, creo que los puede llegar a emocionar ya que a mucho les habrá pasado lo mismo... Me encantaria entrar a la página y ver que les gusto y que me tuvieron en cuenta.Me encuentro al servico de ustedes, solo deben mandarme un mail. Sin más, saludos a todos.Nicolas C. Carpinetti
Había una vez un pibe de 7 años nacido en el barrio Villa Obrera…Por aquellos años este pibito andaba maravillado por un poderoso equipo argentino que llegaba a lo más alto a nivel mundial, corría el año 1986…Sin embargo, su abuelo, un viejo laburante gráfico, lo llevaba de la mano por Madariaga y le mostraba “otro mundo”. En ese mundo no existían ni la Libertadores ni la Intercontinental, pero siga leyendo Hombre, venga no se vaya que le va a gustar…En ese mundo se trabajaba día a día para salir del pozo. Ese pibe al que no le faltaba nada pero tampoco lo tenía todo al alcance, ese pibe se fue encariñando mucho con esa historia, esto tenía mucho más que ver con su vida, y con la de su familia trabajadora…De allí en más empezó a transitar ese universo. Su abuelo lo llamaba “Crespín” porque jugaba con la “7” en la espalda en la placita de a la vuelta. Mas tarde decidió ir a la escuelita de fútbol: se puso la casaca granate y el escudo en el pecho, el cual se iba a quedar a vivir allí por siempre. Quizás ese pibe visitó Arias y Guidi desde más chiquito, pero que yo recuerde, allí empezó a nacer un amor…Recuerdo un Lanus-Tigre o un Lanus-Temperley como los primeros partidos que viví. También me acuerdo de mi abuelo contándome que existía un muchacho que le pegaba al fobal como nadie. Me senté junto a él en la de madera y en el momento menos indicado, el gran uruguayo Villagrán estampó un golazo al ángulo y de tiro libre; fue un tibio empate con Almirante Brown de local, pero yo lo tengo clavado en la retina de mis ojos…Empezó un largo camino, muchísimos partidos en el Nacional B, una campaña hermosa con Roberto Rogel que me dejó llorando abrazado a mi abuelo en el último peldaño que faltaba, aquella tarde del Chaco. Me acuerdo de esa camiseta roja que usábamos, que decía Inca Seguros. Como lloré ese día, fue la primera vez que sentí lo que era el fracaso. Unos años mas tarde y casi sin darme cuenta, después de un año no tan bueno, me vi afrontando mi primer final… con Quilmes 2-1 en casa… y aunque allá no me quisieron llevar, esa fue una alegría enorme. Me encontré festejando en el mismo lugar y con la misma persona con la cual un año atrás sufrimos aquella derrota. Igualmente todavía no me entraba en el cerebro que mi humilde equipo iba a jugar el año próximo contra aquel River múltiple campeón. Para estos tiempos mi abuelo ya estaba bastante cansado y le gustaba quedarse en su casa con la radio a todo volumen, pero me esperaba para darme un abrazo cuando volvía triunfante. Mi vecino Miguelito ponía su taxi, mi viejo iba adelante y atrás yo y el tano (quizás el tipo mas hincha del grana que conocí en mi vida). Fuimos a todas las canchas del país, no ganábamos nunca, pero mantuvimos la ilusión de quedarnos hasta aquel partido con Platense en cancha de Banfield. Yo creo que esa noche, después de la bomba, empezamos nuestro regreso a la segunda categoría. Fue horrible, pienso que me confirmé en la parroquia Santo Cristo aquella tarde que perdimos con Union 2-3 en Santa Fe y mi reunión fue muy triste. A quien carajo le importaba la confirmación? Pero por suerte, aquí no termina la historia, ni mucho menos…Volvió el Negro Enrique, vino una bestia: el pampa Gambier, le ganamos a todo el mundo, goleamos a todos, disfrutamos ese buen juego que siempre nos caracterizó, le ganamos a los pingüinos con gol del Patón y…… y le gritamos al mundo que éramos de primera, que ese era el lugar que nos correspondía y que nunca jamás volveríamos a bajar. “Nunca mas”. Todavía recuerdo la cancha con Maipú, mitad madera, mitad cemento, pero repleta, al mango. Hasta ese momento no había visto nada igual…Desde ahí, empieza el tramo mas lindo que uno podía imaginarse. Las campañas en primera fueron de buenas a mejores. Tuvimos grandes equipos y grandes jugadores. Peleamos varios torneos, animamos muchos campeonatos con buen fútbol, cosechamos los mejores elogios de todos los medios, pero…… pero siempre nos faltaba un poquito, casi nada… nos quedamos con las ganas una y otra vez, y hasta llegamos a pensar que nunca se nos iba a dar. Peleamos un torneo en el 94, faltaban 4 fechas y se cortó el torneo, volvió en el verano y llego el partido con diluvio en la Bombonera… 0-3 y a la mierda con nuestras ilusiones. Luego en el 96, un equipazo, de los mejores que vi., de los mas lujosos, le ganamos a todos los grandes, pasaron vergüenza con Lanus, bailamos al River campeón de Ramón Díaz, ¡que pedazo de baile¡perdíamos y en 8 minutos le jugamos como sabíamos y le podríamos haber hecho 6 goles. También le hicimos 3 a Boca (con caño incluido del Búfalo al mono, y quedamos de cara al cielo que nos bañaba de felicidad). Daba gusto ver jugar a Lanus, era un placer para todo el que ama este deporte… pero una noche de primavera, el señor Giménez se planto en la Fortaleza he hizo que Independiente nos arruinara nuevamente la vida. (Para ese entonces ya junto a Martín, mi inseparable amigo de la tribuna, el mismo que será el primero en leer esto cuando lo termine). …el chango con el buzo de Roa… la pelota que entro en silencio… el descontrol final, lágrimas otra vez, siempre presentes, violencia, peleas, palos, una noche inolvidable por miles de razones… a casa llegue 1:30 de la mañana…Luego en el año 98 otro buen grupo y que jugaba muy lindo eh, Bartelt, Pininito, Kmet y otros. Estuvimos muy cerca, casi le ganamos a Velez (futuro campeón) en Liniers y otra hubiera sido la historia…Aunque esa no fue la mayor satisfacción del año: se acuerdan en las últimas fechas, ese partido contra San Lorenzo? Je j eje, como olvidarlo? Minuto 90, teníamos en el banco a un flaco que jugaba algo bien, decían que estaba muy enfermo, lo daban por muerto. Ese tipo llamado “Hugo Morales” entro peladito al campo de juego, con unas ganas…con una fe…Ese muchacho encontró un rebote en el área y sin dudarlo nos regalo un triunfo espectacular, nos dio la chance de seguir peleando hasta el final. Pero saben qué? A nadie le importó el resultado, la gente se abrazaba con los ojos humedecidos porque ese ídolo estaba recuperado y “vivo”. Momento único en mi vida. Me alegre tanto de verlo bien, me puse contento como si fuera mi hermano. Después alternamos buenas y malas, la pasamos bastante mal, jugamos la promoción… la “14” alentó como nunca ese torneo y los jugadores ponían unos huevos enormes, todos juntos evitamos lo que hubiera sido una injusticia imperdonable para el fútbol…Qué? Usted esta pensando que me olvide de algo? Jamás hermanos granates¡ jamás, mi viejo¡ Aquel equipo del 96 que les contaba, se puso a jugar una copa internacional, muy parecida a la actual Sudamericana ¿o no? Que nadie subestime a la Conmebol, por favor…El humilde equipo de la ciudad paseo su fútbol por Bolivia, Paraguay, Rosario y Colombia, señores¡ y además se canso de hacer goles en la gloriosa de Arias y Guidi. Por primera vez en su historia nuestro querido Lanus gritaba “Campeón”, que festejo loco¡ no era para menos¡ Mi abuelo me decía que a Lanus no le convenía jugar la copa… cosa de viejos… y lo entiendo, el vivió otra época muy diferente a la de los mas jóvenes…Igual esa final en Bogotá, la ví con él, obvio, los 2 a oscuras en su casa, hacía un calor terrible, se jugó tardísimo, no comprendía que hacia mi abuelo a esa hora levantado... Es joda… como no lo voy a entender? Me acuerdo del grito de Campeón apenas sonó el silbato, abrazo de por medio y seguíamos gritando y saltando, todavía oigo su voz ronca y afónica de tanto pucho y de tanta alegría…Ese fue su festejo, se lo merecía, le hubiera puesto la piel de gallina a usted, verlo como estaba…Mientras quiero recordar a Cravero, el chupa, Huguito, la Urraca, Enría, Ibagaza, Mena, etc (a todos). Retomando la cronología no quiero pasar por alto al último equipo que peleo bien arriba (o al anteúltimo): Llego Cabrero, un tipo del club y del barrio, lo acompañaba Zubeldía, “un genio en miniatura, un prodigio” y ellos dos armaron un equipo. Echaron al carajo a todos los que no la sentían ni la transpiraban, dejaron a los mejores y sacaron mil pendejos de inferiores, de todo sacaron, una manga de pibitos “irrespetuosos” que se cagan en la historia, en los mitos, en las canchas visitantes, en lo que se dice, en todo…Claro que faltaba un poco de experiencia.
Solo por ello Lanus fue subcampeón en el 2006 y no pudo concretar el sueño... Solo por ello… ...y llego el 2007……Cuando comenzó el año nunca pensé que sería futbolísticamente el más lindo de mi vida…Llegado el mes de julio me encontré en la Clínica Modelo, triste y sin consuelo visitando a mi abuelo, aquel granate puro, de alma que me llevó de la mano a la de tablones. Parece mentira, después de una vida entera esperando el milagro, el viejo lobo de mar se me fue una fría mañana de julio cuando me estaba yendo al laburo…… y lo primero que pensé fue que no se le pudo dar el sueño tan esperado. Hoy recuerdo muy clarito que ya en la cama enfermo me dijo: “Che, viene el Pepe Sand; ¿hace goles ese?”. Y yo le contesté que la iba a romper, sabiendo por dentro que quizás el no lo vería…Y así fue nomás, uno tras otro, en cada gol del Pepe, en la fortaleza o fuera de ella, yo miraba al cielo y charlaba un minuto con mi abuelo, como lo hacía antes cada vez que llegaba a casa. Yo no creo mucho en los cementerios, es por ello que pienso que cuando voy a la cancha lo voy a visitar a él. Me emociono permanentemente y hasta demasiado, pero sin quererlo, todo esto provocó que este año sea muy especial. Me acuerdo que lo primero que le dije a Martín, “mi viejo compañero de tribuna”, después del velatorio, fue que mi abuelo iba a hablar con Dios, que le iba a pedir un favorcito…A Ustedes les parecerá un cuento pero les juro, créanme que todo esto es real. Cada vez que comenzaba el partido, yo miraba para arriba y de allá me daban fuerza y confianza. Yo estaba convencido desde el partido con estudiantes, desde el gol de Malingas, y sino pueden preguntarle a Martín y su hermano. Yo no quería la Sudamericana, yo quería el premio mayo. Quiero ser Campeón de Primera, para mí, para todos, para todos los terrestres y para todos los Ángeles granates, aquellos que ocupan la popular mas alta, la que esta al lado del palco del Todopoderoso. Nunca llore tanto en la cancha, nunca tantos nervios y tanta alegría junta a la vez. No dormí los últimos 2 meses ¿a Usted le pasó lo mismo?
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