
Internas... Política… Farándula…Violencia…Siempre me pregunté qué tiene que ver todo eso con el fútbol… “Y las cosas son así… todo lo que mueve plata acumula intereses que no representan necesariamente los de la gente”. Razonable y realista explicación., pero sólo razonable y realista. El Fútbol nace de “querer jugar”, nace de ilusiones, de pibadas de Barrio que sabían que era fácil jugarlo: se necesitaban cuatro piedras, o latas, o lo que fuera y una pelota, o varias bolsas anudadas, o una caja de Cepita inflada, o lo que fuera…Héctor Enrique, campeón del mundo con Argentina en el 86’ dijo: “El fútbol no es tan difícil como algunos quieren hacerlo”. Yo pienso así… Pero entonces ¿por qué resulta que ES difícil? ¿por qué se complica? ¿quiénes lo hacen? ¿cómo? “Y… las cosas son así… Hay negociados, intereses de por medio” escucho… “Y esto es un gran negocio…” me dicen… “ Y… todo tiene su precio” “Y, hay equipos grandes y equipos chicos, esto no lo vas a entender, pero ES ASI” “Y…”…Una vez, en un charla cualquiera de fútbol, hice la misma pregunta. La mayoría me respondió cosas parecidas a las que ya había escuchado, pero alguien me contó algo diferente… Un cuento… Un cuento que, como tal, era solamente una historia, una fantasía, no era real ni lo iba a ser. Ahora me toca contárselos a ustedes…Resulta que una tarde el Fútbol estaba jugando un picadito con el Barrio contra el Atardecer, ese turro que cortaba los partidos porque se llevaba la luz. En ese momento la Empresa pasó por la vereda moviendo el culo, con un escote hasta el ombligo, mostrando todo y con la boca chorreando de promesas. Lo miró, lo sedujo y él compró. El Barrio lo llamaba, “Che! Y el partido?? No podés ser tan pollerudo!”… “Y bueno, flaco, nadie es de madera”. El Fútbol se alejó. Y él la siguió, hipnotizado, por caminos desconocidos, deslumbrantes, y se fue convirtiendo de a poquito en lo que ella quería… Porque ella sabe, porque ella abre puertas… Así el Fútbol se “embelleció”, porque la Empresa fue sembrando cuidadosamente en su alma de Juego, “avivadas” que no tenían ya nada que ver con la picardía de los sombreros , de las rabonas. Que no eran para el aplauso de los compañeros de equipo y la tribuna, que no eran para ver con satisfacción cómo el rival se comía el amague… Era para Otros, que no se veían... Y el Fútbol se empezó a “agrandar”, sí, pero en serio… Empezó a engordar alimentado por elogios que estaban secretamente condimentados con Intereses y Comercios. Así se fue rodeando con tipos de traje tan distintos a la pibada con la que él había nacido, pero que tenían toda la pinta de que “sabían lo que hacían”, que “sabían qué era lo mejor para él”, además si ella lo decía… Al Barrio ya no lo veía casi nunca, tenía otras actividades, otras amistades. Así que decidió mudarse a un piso a la altura del 5º Infierno, de lo más lujoso, elegido y decorado por su mujer. Rodeado de Negocios donde uno puede comprar Absolutamente Lo Que Sea. Y conoció a estos pibes, macanudos la verdad: los Excesos y la Obsecuencia, con los que la pasaba bárbaro y ahí estaban “cada vez que los necesitaba”, cada vez que el alma le tironeaba la memoria para el Barrio aparecían y le giraban la cabeza para que mire del otro lado del océano, porque ése era su nuevo objetivo “¿Qué querés, boludo? ¿Ser solamente lo que sos? No mires para Adentro, ahí ya no hay nada”. Así, rodeado de su nueva gente, el Fútbol creció, se superó, deslumbró al mundo entero, aunque tenía esa sensación extraña, rarísima, sin sentido, de “estarse olvidando de algo”. Cada vez se empezó a sentir más olvidadizo y más “pesado”, pero ¿Para qué recordar? Ya tenía quién tomara las decisiones por él… Tenía a los mejores en el asunto. Un 2 de Diciembre de 2007 el Fútbol estaba reposando tranquilo sobre la Estadística y los Arreglos mirando, como siempre, para el otro lado del mar. De repente, cerca del atardecer (ese turro que no le dejaba terminar los partidos… ¿Qué partidos?), sintió un golpe terrible en la cabeza, un piedrazo, y comenzó a sentir un murmullo lejano pero familiar. La Estadística, tan firme e infalible como parecía, tembló y se fracturó en mil pedazos. El Fútbol no entendía nada… El murmullo se alzó y estalló en un grito monumental. Se asustó, sentía que lo estaban Taladrando por dentro. Saltaron lágrimas de lugares que había olvidado que tenía, para el lado del Sur. La Boca se le secó llamando un hambre que hace tiempo no vivía. Su sangre comenzó a burbujearle en las venas como si el mismo Diablo la hubiese hervido. De repente se sentía Millonario, y mirá que había hecho guita, pero no, se sentía así justo ahora. Se sentía un verdadero “troesma”, digno de dar clases en cualquier Academia y entusiasmar a miles de Estudiantes. El alma le vibró con la violencia de un Ciclón enojado, reprochador. Le parecía escuchar el aullido de un Lobo… Todo que le resultaba conocido. El cagazo era terrible, pero qué bien se sentía… De repente… Empedrados, ese Atardecer hijo de puta, latas, pelotas, juegos, rodillas raspadas, abrazos transpirados, camisetas sucias de gloria fantaseada, esencia de gambetas… Empezó a recordar… El Interior, su Interior y sus tesoros escondidos, sus esperanzas, sus sueños posibles, sus leyendas. Juegos de Piratas, ése Bichito Colorado que le hacía cosquillas en el alma, recuerdos Funebreros, historias de Globos invencibles que se pinchaban y se llenaban de aire para volver a subir, brindis Cerveceros, un Fortín de ilusiones intactas defendido por un infalible Arsenal de fortaleza y orgullo…Cayó de rodillas y dejó de mirar para el otro lado del océano, miró para Adentro, para el lugar de donde había venido el proyectil y lo vió… el Barrio, ahí, parado en una esquina cualquiera, mirándolo triunfante, con esa sonrisa socarrona que lo caracterizaba y con resplandecientes piedras Granates en las manos, iguales a la que le había revoleado por la cabeza. El Fútbol sonrió, el Fútbol recordó…El Barrio le dice: “Te encontré! Che, se armó un partido en serio, chabón ¿te prendés o vas a seguir boludeando?” Jugaron toda la tarde. Nunca me voy a olvidar de esa tardecita, cuando el Barrio y el Fútbol se volvieron a encontrar, hasta el Atardecer se sentó con el Sol a disfrutarlos. La tarde entonces fue larga, larguísima, la más larga de la historia…Ojalá se alargue más. Ojalá el complemento sea indefinido. Mientras… los Otros lo buscan y van a parar de buscarlo en cuatro patas, olfateando el aire y rascando la tierra… Y sí, lo van a encontrar… Pero esa tarde no se la va a sacar nadie, cuando volvió a ser él, cuando se olvidó de los flashes, cuando un Piedrazo Granate le derrumbó la Estadística y lo obligó a recordar quién era, quién es… Cuando en el Barrio se adelantó la Navidad y las lágrimas fueron de alegría. El Fútbol no es tan difícil como algunos quieren hacerlo, claro que no…El Fútbol siempre va a ser grandiosamente Fútbol y tiene Barrio para recordarlo.
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