
En el estadio de Arias y Guidi, ante la mirada de veinte mil fanáticos, los integrantes del plantel campeón del Apertura 2007 disputaron un partido con viejas glorias y pudieron dar, por fin, la vuelta olímpica postergada desde el domingo. Hubo show de La Mosca y hasta Cabrero hizo un gol de penal
Por fin Lanús pudo dar su vuelta olímpica. Tras los dos intentos frustrados, uno en cancha de Boca y otro en el mismísimo estadio granate, los jugadores tuvieron su fiesta, donde no faltaron momentos para la emoción, la risa y el recuerdo. El plantel actual disputó un encuentro con viejas glorias y hasta Cabrero hizo un gol de penal. Hubo entrega de medallas y reconocimientos.Realmente no faltó nadie. Veinte mil fanáticos pusieron el color y los protagonistas que le dieron el primer título de la historia al club del Sur salieron a la cancha para agasajar a todos y vivir así, la fiesta inolvidable, la fiesta del Campeón. A ellos se les sumaron viejas glorias, como el uruguayo Gilmar Villagrán o Héctor Enrique. Aunque tampoco tuvieron el tupé de faltar Oscar Ruggeri, Daniel Cravero, el Tero Di Carlo y Gabriel Schurrer, entre tantos otros.La música corrió por cuenta del grupo La Mosca, aunque cada una de las almas que poblaron las tribunas también entregaron un repertorio espectacular. Ovacionaron a cada uno de los jugadores del actual plantel y se acordaron, como no, de Banfield, el rival de siempre. Obvio, no faltó el habitual "Oy oy oy oy, es el equipo de Ramón".El partido fue una mera excusa para decorar la fiesta. Carlos Bossio y Walter Ribonetto se olvidaron por un rato que su labor es defender el arco propio y se fueron a jugar de delanteros. José Sand, lo contrario. Por un rato dejó los goles de lado y se plantó en la defensa, intentando parar los ataques del Tero Di Carlo o Daniel Tilger, presentes en la fiesta. Tampoco estuvo en su rol habitual Agustín Pelletieri, de buena labor bajo los tres palos, pero mucho menos, Ramón Cabrero. El DT se puso la camiseta y tras el pedido de los hinchas, convirtió, con clase, un penal para adornar una noche para el recuerdo.Por último, llegó el momento del reconocimiento. La vuelta olímpica se hizo realidad y todos los integrantes de plantel y cuerpo técnico terminaron boca abajo, mirando a la popular repleta de hinchas. Las medallas no faltaron y las lágrimas tampoco. No es para menos. Lanús festejó y con mucha razón. ¡Felicitaciones campeón!
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